Conversaciones Con JesusMuestra

La mujer Siro fenicia (ref. Marcos 7:24-30)

Marcos usa el término para referirse a una mujer que, según Mateo, era “cananea”.

Una mujer considerada "fuera del pueblo escogido" por Dios, viene a Jesús con una petición. Un clamor de madre que no distingue razas ni estatus: su hija está enferma.

Al leer el pasaje puede parecernos una actitud despectiva de parte de Jesús... si no leemos lo antes sucedido.

Los fariseos y judíos reclaman a Jesús que sus discípulos no estaban respetando la tradición de lavarse las manos antes de comer. Lo que para nosotros hoy es una norma de higiene, era parte de los legalismos judíos.

Dice Marcos 7:4, que estos, si daban la vuelta y no se lavaban las manos... ¡no comían!

¿Qué pasaría si salgo a alguna misión de ayuda a un lugar extremadamente pobre, le llevo comida, pero el agua no alcanzó para que todos se lavaran las manos...

- Oye muchachito, siéntate a un lado, que no podrás comer hasta que no llegué más agua - si es que llega...

O talvez estoy en alguna actividad de donación de la iglesia... Hay que ayudar primero a los hermanos y si queda algo, damos a los vecinos.

Jesús le dice a la mujer: "deja primero que se sacien los hijos..."

Imagina a Jesús diciendo: Yo soy el Mesías de los judíos no de tu gente.

Ella "traduce" el alcance del amor de Dios diciendo: Aunque tu salvación haya sido profetizada para Israel, tu amor es tan grande que algo nos tocará a los de afuera, y yo creo que de algo tendré parte, aunque sean migajas.

Podemos caer en la tentación de servirnos primero, por sentirnos con el derecho de tener los primeros asientos, pero para Jesús esto no se trata de si llegaste primero tocarás más y los demás las sobras.

La pequeña conversación de esta mujer, en mi opinión, tan desafiante como la de la samaritana, ubicó a los discípulos, que al parecer tenían en la punta de la lengua decir: despide a los otros, que lo que "tenemos no alcanza o nos molestan" (Mateo 15:23,33; Marcos 10:13; y otras ocasiones).

Esta mujer en Marcos, evitó que Jesús pasara desapercibido en su región (7:24); igual que la mujer samaritana, fue vocera de que el salvador había llegado.

Si no lo has tomado en cuenta, nuestro gran papel en la gran comisión, incluye reclutar a gente que hable con su testimonio que el amor de Dios tiene más alcance que los límites que nuestras paredes sociales nos imponen.