Un Lugar en La MesaMuestra

Y ahora... ¿Qué sigue? 

A lo largo de los Evangelios podemos leer cómo la relación entre Jesús y sus discípulos era muy cercana, incluso se narra que uno, el más cercano, se recostaba sobre él. 

Esto nos habla sobre la relación cercana del Maestro con todos ellos. 

Muchos de ellos vieron llegar la provisión a través de Jesús, vieron la sanidad a través de sus manos e incluso vivieron la misma Crucifixión y el poder de la Resurrección. 

Pero ahora vayamos juntos, al momento cuándo Jesús es levantado al cielo, culminando de esta forma su trabajo aquí en la tierra como hombre. 

La Biblia nos narra en los primeros capítulos de Hechos, el momento cuando los discípulos se quedaron mirando al cielo por un rato mientras Jesús era levantado, aferrándose hasta el último segundo antes de que su silueta desapareciera de su alcance. 

Me imagino en ellos la pregunta: Y ahora... ¿qué sigue? 

Quizá al día de hoy te encuentras como los discípulos. Has perdido tu trabajo, has perdido algún familiar muy querido o quizá has perdido tu negocio. 

Quizá veías a Jesús en ese trabajo por cuanto traía provisión a tu casa. Quizá veías a Jesús en ese familiar que ya ha fallecido. Quizá veías a Jesús en esos planes que aún no se han cumplido y ya diste por perdidos. 

Yo no sé cuál es o haya sido tu referencia de Jesús aquí en la tierra.

Tal vez al día de hoy te encuentras parado como los discípulos, preguntándote: Y ahora... ¿qué sigue?

Curiosamente después de la ascensión de Jesús, dos hombres vestidos con túnicas blancas son enviados a los discípulos para hacerles notar que aquello que se ha ido regresará de la misma forma en la que fue levantado. 

Con esto no pretendo hacerte creer que ese familiar, trabajo o lo que sea que hayas perdido regresará tal cual era en el pasado. 

Sino el propósito de meditar en esto es animarnos y recordar lo que Dios promete antes de ser levantado. 

La promesa es: El Consolador, El Espíritu Santo, estará con nosotros. ¿Qué cosa hay mejor que tener el poder del Espíritu Santo dentro de nosotros? 

Es momento de seguir caminando, afirmar nuestra fe sobre la Roca. Estoy seguro que aquello que ha sido quitado lo hallarás cuando te sientes a la mesa junto con El Rey.