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Mesa a nombre de…
¿Alguna vez has llegado a un restaurante conocido un domingo a la hora de la comida? Quizá para celebrar un cumpleaños o para comer con tus familiares.
En cuanto entras al restaurante, la recepcionista te pregunta: “Mesa a nombre de…” Dices tu nombre y el número de personas que te acompañan. Entonces, a esperar una mesa.
Hay veces en que podemos conocer el tiempo aproximado de espera, veinte a treinta minutos o hasta más, dependiendo de la cantidad de los comensales en el lugar.
Mientras estás esperando ves pasar platillos deliciosos, quizás unos se te antojan más que otros, pero al final tú sólo tienes hambre y te toca esperar.
Pasan los minutos. Escuchas cómo nombran a otros clientes, van pasando las personas que están a tu alrededor. Comienzas a desesperarte, a pensar que quizá han brincado tu nombre y quedaste en el olvido.
En la vida cristiana es inevitable sentirte de esta manera.
Pasan los días. Puedes ver cómo la bendición de Dios cae sobre otras personas; puedes ver cómo algunos ya fueron llamados para sentarse a la mesa y disfrutar del banquete que Dios les había prometido.
Mientras tú sigues esperando, comienzas a pensar que quizá Dios ya se olvidó de ti.
Te tengo buenas noticias: ¡Dios no se ha olvidado de ti!
Es momento de esperar, confiar en Sus promesas.
Quizá has sentido que tu nombre ha quedado olvidado dentro de la lista de comensales, pero no es así.
Dios te conoce por nombre. Recuerda, la Biblia nos dice que desde la eternidad sus ojos vieron cómo te formaste en el vientre.
Pero, ¿qué pasa mientras esperamos?
Muchas veces nos desesperamos y de inmediato comenzamos a buscar otras opciones; quizá optas por ir a la comida rápida que para nada sabrá de la misma manera.
Es momento de esperar, estar quietos, confiar en que él está preparando una mesa para nosotros.
Es momento de sincronizar nuestro corazón con el de él para que en cuanto nuestro nombre sea mencionado podamos tomar lugar en la mesa.
Para disfrutar de todo lo que Dios nos ha preparado.
La espera es necesaria, mediante ella afirmamos nuestra fe en el Señor y conocemos también cuáles son sus planes para nuestra vida.
A través de este devocional hemos aprendido el privilegio de sentarnos a la mesa con el Rey. Todo está listo. Acércate con confianza y toma Un Lugar En La Mesa.
Acerca de este Plan
Devocional de 5 días donde nos será revelado que aún en medio de momentos difíciles es donde podemos ver la mano de Dios preparando un lugar para nosotros en presencia de todo aquello que nos preocupa, aflige y atemoriza. Es ahí donde podemos hallar descanso y podemos estar confiados en que nada importa más que estar sentados a la mesa con el Rey.
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Nos gustaría agradecer a CENTRO CRISTIANO CALACOAYA por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://www.calacoaya.org.mx
