Tu llamado único

Como dije en el devocional anterior, es tentador leer la historia del joven funcionario rico y racionalizarla (Lucas 18:18-23). “Jesús relamente no quiso decir que tenía que darlo todo”. Estamos tan apegados a nuestro dinero y posesiones que resulta amenzante pensar en vivir sin ellos. 

Por otro lado, algunos cristianos a lo largo de la historia han mirado la historia del joven funcionario rico y la han aplicado con demasiada amplitud. Han pensado que, para ser fieles a Dios, las personas deberían renunciar a todas sus posesiones. 

Ambos extremos, subaplicar y sobreaplicar las palabras de Jesús, son un error. La mentalidad de "una talla única" respecto a las posesiones estaba lejos de la mente de Jesús. 

Para explicarlo, permítanme mostrarle otro incidente en la vida de Jesús. 

Durante sus viajes, Jesús llegó a una zona llamada Gerasa y encontró a un hombre afligido por una legión de demonios (Marcos 5:1-20). Ya no era bienvenido entre los vivos, sino que habitaba entre los muertos del cementerio. 

Este hombre se acercó a Jesús, y Jesús tuvo compasión del él, tal como lo hizo con el joven funcionario rico. Jesús expulsó a los demonios. Al instante, el hombre se apaciguó. Como vestía poco o nada, Jesús encontró ropa para él. 

Poco después, Jesús tuvo que irse. El hombre renovado preguntó si podía viajar con Jeús como los otros discípulos.

¡Esta es la reacción que Jesús deseaba que tuviera el joven funcionario rico! Entonces, ¿no crees que Jesús invitaría al hombre de Gerasa a hacer lo mismo? No, Jesús le dijo que se fuera a su casa.

Este contraste es importante. En la historia del joven funcionario rico, Jesús dijo: “Vende todo lo que tienes y regálalo a los pobres. Entonces, ven y sígueme”. En la historia del vagabundo de Gerasa, Jesús le dio ropa nueva y le dijo: “Regresa a tu casa. Cuéntales tu historia". 

Preguntémonos, ¿por qué Jesús le dijo a este segundo hombre que se mantuviera en casa, mientras llamó al joven rico para que vendiera todo? Porque los dos hombres fueron llamados a cumplir roles diferentes con sus vidas. Fueron creados con fines únicos. 

Y nosotros también.

¿De qué manera única te llama Jesús a seguirle hoy? ¿Cómo se refleja Su llamado en los dones y personalidad que te ha dado?