Escuchar La Voz De DiosMuestra

Dia 04 - Escuchar y obedecer las normas de Dios

Cualquier cosa que te parezca haber escuchado de parte de Dios debe obedecer los siguientes criterios: ser bíblico, ser justo y constructivo y brindarte la alegría del Espíritu Santo.

Reflexiones: 

Lee Juan 3:29, Números 23:19, 1 Corintios 10:23, 1 Tesalonicenses 1:6 , Romanos 14:17 y toma un tiempo para responder las siguientes preguntas:

➤ ¿Cuál es el punto de referencia final para saber si lo que hemos escuchado viene de Dios?

➤ ¿Cuándo Dios nos habla, que produce eso en nosotros?

Contenido:

Cuando tratamos de escuchar la voz de Dios, la pregunta recurrente es siempre saber, si lo que creemos haber escuchado proviene de Dios o si ya hemos conocido cristianos que dicen regularmente “Dios me dijo... y algún tiempo después, parece que Dios les dijo lo contrario… Lo que significa que al menos una de las declaraciones no venía de Dios o incluso ambas. Debemos saber que todos tenemos filtros en nuestras vidas que a veces nos impiden comprender correctamente lo que Dios nos dice: podemos ser influenciados por nosotros mismos (sentimientos, emociones, deseos, etc) o por otros, por circunstancias, por el diablo u otros poderes ocultos. Cuando creemos que Dios nos ha hablado, la mejor manera de confirmarlo es ponerlo en práctica, obedeciendo lo que hemos escuchado.

Porque la obediencia retrasada, ya es desobediencia y abre la puerta a la duda. Sin embargo, antes de eso, hay algunos criterios importantes que nos permiten probar lo que hemos recibido.

En primer lugar, tiene que ser bíblico, porque Dios nunca va a decir nada contrario a la enseñanza de Su palabra. Por ejemplo, si una persona dice que Dios le dijo que se divorciara de su cónyuge incrédulo, para casarse con otra persona, claramente no es Dios quien lo dijo, sino la carne de la persona. Dios no es hombre para mentir y nunca dirá nada que contradiga lo que ya nos ha dicho en la Biblia. 

Y no se trata necesariamente de referirse a un versículo especifico, sino al todo y al espíritu de la enseñanza bíblica. Por otro lado, cuando Dios nos habla, debe ser justo y constructivo. Justo, es decir en relación con la justicia que se revela en los valores del reino de Dios que encontramos en Mateo 5:7. La justicia de Dios se opone al pecado, por un lado, pero por el otro a la acusación. Entonces Dios nunca hablará para acusar o condenar, sino por el contrario, hablará para levantar y perdonar. Entonces si estamos equivocados, Él nos convencerá de pecado para que podamos arrepentirnos y cambiar de camino. Entonces cuando Dios nos habla, siempre estará de acuerdo con las reglas de Su reino, pero también será constructivo o para usar un término bíblico, para edificar. Dios nunca habla para no decir nada, cuando habla es para edificar nuestras vidas o las vidas de quienes nos rodean o Su reino. El desea vernos crecer y ser transformados de gloria en gloria, para Su reino.

Finalmente, cuando Dios nos habla, siempre crea el gozo del Espíritu Santo en nuestros corazones, lo que no significa que siempre seremos felices o estaremos tranquilos en nuestras emociones o nuestros sentimientos. En realidad, a menudo cuando Dios nos habla, causa incomodidad a nuestra alma, incluso presión. Sin embargo, en nuestro espíritu, donde estamos en comunión con Dios, el Espíritu Santo, libera Su gozo. Depende de nosotros determinar a que queremos darle importancia. Aquí no es cuestión de paz, porque algunos cristianos te dirán que no están en paz con esto o aquello, pero lo que quieren decir es que su alma está preocupada por lo que Dios pone en sus corazones y me gustaría decir que esto es normal. Jesús estaba atribulado en el huerto de Getsemaní antes de ir a la cruz, pero en su espíritu, estaba el gozo de la obediencia (cf. Juan 12:27). De la misma manera, Abraham no pudo estar en paz cuando fue a sacrificar a su hijo. (Genesis 22) y sin embargo, esto no le impidió que su espíritu se alegrara de hacer lo que Dios le había dicho.

Algo importante a destacar es que a veces Dios nos da instrucciones sobre el futuro para que podamos prepararnos y orar por el. Eso no significa necesariamente que tengamos que enfrentarnos con urgencia, por ejemplo, al matrimonio, dejar el trabajo, ir a una misión, etc. Si no estamos atentos, el enemigo puede intentar hacernos creer que es Dios y que debemos hacerlo rápidamente para que la emergencia nos impida ser sabios y nos lleve a tomar decisiones que no son correctas. Cuando Dios habla, necesitamos reconocer Su tiempo.

Tome un tiempo para meditar en estos criterios diferentes, para integrarlos a su corazón, de modo que cuando Dios le hable pueda evaluar lo que ha escuchado. Dios quiere hablarle y guiarle en proyectos extraordinarios y desafiantes.

Mi decisión

➤ Lo que comprendí para mi vida personal:

➤ Lo que decido para mi vida, con lo que acabo de aprender :

➤ Lo que tú decides hoy, determina quien serás mañana :

Del libro "un disciple en marche" copyright 2018 de Luc Favre, publicado por Vie Victorieuse. Todos los derechos reservados.