Los Últimos Serán los Primeros

Por Danny Saavedra

“La arrogancia va delante de la destrucción; la humildad precede al honor.”—Proverbios 18:12 (NTV)

¿Has visto la película Thor de Marvel? Es una historia de ficción acerca de el príncipe de Asgard, quien es despojado de sus poderes, exiliado de Asgard y enviado a la tierra por su padre, el Rey Odin, quien a su vez pensaba que Thor era un príncipe arrogante, indigno de ser rey. Su padre tomó esta decisión después de que Thor iniciara una guerra, básicamente por orgullo. Entonces lo envió a la tierra para que aprendiera humildad y fuera digno de su título y su poder.

Ya lo he dicho antes, pero me encantan los libros de historietas de superhéroes porque en ellos hay verdades muy poderosas debajo de las capas, las capuchas y los martillos mágicos. La historia de Thor es casi una versión ilustrada del versículo de hoy. La palabra arrogancia en Hebreo es gabahh, la cual en el contexto usado por Salomón significa exaltarte a ti mismo, ponerte en alto. Es un acto de orgullo ponerte a ti mismo por encima de todos los demás. Los Proverbios están llenos de declaraciones como estas (11:2, 15:33, 16:18, 29:23). Pienso que Salomón entiende a Thor perfectamente. 

Un corazón lleno de orgullo cosecha destrucción. También cosecha soledad, dolor y humillación. ¿Por qué? Porque cuando te elevas a ti mismo por encima de los otros y te pones a ti mismo en una plataforma alta, ¡todos te ven caer! Pero cuando te humillas a ti mismo, cuando pones a otros primero, cuando te vuelves pobre de espíritu, el honor te perseguirá, porque un corazón lleno de humildad cosecha gloria y honor.

Vemos este principio en la historia de Thor. Cuando finalmente aprendió a sacrificarse humildemente por el bien de los otros, se ganó dignamente su título y su poder. También encontramos esto en las enseñanzas de Jesús:

“los últimos serán los primeros”

“los que se exaltan a sí mismos serán humillados y los que se humillan a sí mismos serán exaltados”

“el más pequeño será el más grande en el Reino de los Cielos”, 

Podemos apreciar claramente que la marca que distingue a los ciudadanos del Reino de los Cielos es la humildad.

He escrito mucho acerca de este tema en el pasado y la razón es que esto es algo que necesito recordarme a mí mismo constantemente! Siempre he luchado con esto, y todavía lo hago! Quiero ser digno del título “Hijo de Dios”, lo que significa que necesito aprender a ponerme la humildad de Cristo todos los días. Como dijo Andrew Murray, “el orgullo debe morir en ti, o nada del cielo puede vivir en ti.”