IdentidadMuestra
Día 5: No necesito ser perfecto; ya soy perfecto en Cristo.
Oración: Dios, ayúdame a recordar que no necesito ser perfecto para ser valioso y estar seguro. En Ti están mi seguridad y mi valor. Amén.
Lectura:
“Mami, mami, ¡mírame!” De niños, amábamos cuando nuestros padres nos veían alardear de nuestros dones y talentos. Se sentía tan bien escuchar palabras como: “Estoy orgulloso de ti” “Qué inteligente eres” “Qué atlético eres” o “Qué linda/guapo estás”.
¿Pero qué pasa cuando dejamos de recibir estos elogios? Todos nos esforzamos en hacer las cosas bien y sin errores, especialmente cuando otros pueden verlos. Queremos “aparentar” que tenemos todo bajo control. Basta ver las redes sociales para encontrar fotos espectaculares con lindos filtros que muestran una vida “perfecta”. Sin embargo, ese deseo de parecer perfecto, puede ser agotador.
El deseo de parecer perfecto viene de nuestra necesidad de sentirnos valiosos y seguros. Pero, al final, nuestro valor y seguridad vienen de Dios. No tenemos que ganárnoslos y no tenemos que ser perfectos para recibirlos. Como escribió el Apóstol Pablo:
Porque por gracia son salvos por medio de la fe (Efesios 2:8).
Cuando aparentamos ser perfectos y tener todo bajo control, esto nos da un sentido falso de la seguridad y el valor. La verdad es que no tienes que tener todo controlado para ser valioso y seguro a los ojos de Dios. Él te ama porque eres Su hijo (a). No tienes que hacer nada para ganarte Su amor.
Jesús es la única persona perfecta que ha estado en la Tierra. Si no tenemos cuidado, podemos llegar a trabajar muy duro por algo que es inalcanzable. No podemos ser lo suficientemente buenos.
Dios, gracias por esta verdad: No necesito ser perfecto. Ya soy perfecto en Cristo.
No podemos ser perfectos, pero tenemos un Padre Celestial que sí lo es. Él nos ama independientemente de nuestras fallas y errores y sabe que no somos capaces de ser perfectos.
Puede ser atemorizante o doloroso admitir que no tenemos todo bajo control. Puede hacernos sentir inseguros o menos valiosos, pero la verdad es que:
Aunque otros parezcan ser perfectos, sólo Jesús lo es.
No tengo que ganarme el amor de Dios; Él me ama por lo que soy.
El poder de Dios se perfecciona en mi debilidad.
Reflexión:
¿En qué áreas de mi vida lucho más con el perfeccionismo? ¿Qué es lo que me atemoriza ante la posibilidad de que otros vean mis fallas?
Escrituras
Acerca de este Plan
Lo que creemos de nosotros mismos, forma nuestra identidad. Desafortunadamente, cargamos con un número de falsas creencias. Esas falsas creencias, no sólo impactan cómo nos vemos a nosotros mismos, sino que también nos roban la posibilidad de tener una vida más satisfactoria. Lee aquí algunas falsas creencias que comúnmente, las personas tienen sobre ellas mismas y las creencias verdaderas con las cuales deben reemplazarlas.
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