La Voz De DiosMuestra
Moisés, fue uno de los personajes bíblicos más importantes que aparecen en el Antiguo Testamento. Su comunicación con Dios era más que sorprendente. Dios confiaba plenamente en él porque sabía de qué estaba hecho su corazón. Dios, cuando nos creó a cada uno de nosotros y a quienes vienen detrás, nos equipó con lo verdaderamente necesario para cumplir Su propósito divino. Dios no nos dejó nacer, crecer y morir sin que nuestro paso por la Tierra no dejara, de alguna manera, testimonio firme de los planes que Él tiene para nosotros.
Dentro de las muy diversas y variadas partes de los planes de Dios para nuestras vidas, Él creó a personas como Moisés, que servirían de ejemplo no solo para la gente de su época, sino para la humanidad entera a partir de su existencia.
Moisés fue un hombre que le creyó a Dios, un hombre que reconoció su debilidad e incapacidad de vivir una vida lejos del soporte monumental del Creador. Moisés como muchos otros más, llegó a un punto en su vida en que simplemente no podía dejar de depender de Dios, un punto en el que él y Jehová se volvieron amigos inseparables quienes confiaban uno en el otro, quienes se amaban y respetaban y por sobre todas las cosas...conversaban.
Muchas veces a nosotros se nos olvida que Jesús también tiene mucho que hablar a nuestras vidas, a nuestro corazón, a nuestra mente, en nuestros sueños e incluso a nuestro oído. Hemos deteriorado sistemáticamente el verdadero significado de orar, de conversar con Dios. Nos ocupamos de orar, alabar, bendecir el nombre de Cristo por largo tiempo sin cesar, (no quiero que piense que desde mi punto de vista eso está mal). Sin embargo llega un momento en que Dios nos dice “hey ¿podrías guardar silencio? Yo también tengo algo que decirte”. Es ahí donde nuestra conversación con Dios tiene coherencia, cuando entablamos un diálogo con Él, cuando escuchamos su voz y respondemos a su llamado. Moisés era de esa clase de personas: de los que reconocen la grandeza de Dios, alababan Su nombre y Su Majestad, permanecen en la Presencia de Dios por largo tiempo, y también de los que escuchan la voz de Dios entablando diálogos.
¿Sabes? Estoy seguro de que Dios te ha hablado muchísimas veces a su vida, te orientó, guió, aconsejó, consoló, envió, ordenó, platicó, motivó, sorprendió, pidió, respondió, ayudó; pero... ¿Cuántas veces lo has escuchado?
Escuchar la voz de Dios no tiene por qué ser algo difícil o complicado. Es Dios, según mi punto de vista, quien más ganas tiene de hablarte y ser escuchado. Me atrevería a decirte que Él tiene más ganas de cumplir su voluntad en tu vida de la que nosotros mismos podamos llegar a tener. Todos hemos escuchado alguna vez que Él sigue siendo el mismo ayer, hoy y por los siglos, sin embargo, dudamos en nuestro corazón y en nuestra lógica que Dios pueda hablarnos como lo hizo con Moisés, inconscientemente (quizás) creemos que Él está tan separado de nosotros por nuestros pecados que sería casi imposible que Él nos hablara; pero, con ese tipo de incredulidad estamos haciendo de cierta manera infructuoso el sacrificio de Cristo en la Cruz, estamos de cierto modo diciendo que de nada ha servido que Cristo nos reconciliara con el Padre porque simplemente no podemos creer que Dios pueda hablar a nuestras vidas de manera fuerte y clara...
Escrituras
Acerca de este Plan
¿Dios sigue hablando hoy en día? ¿Su voz es audible? A lo largo de estos días, aprenderemos cuál es la voz de Dios y cómo aprender a escucharla en sus diversas manifestaciones. Escuchar al Señor es fundamental para poder vivir conforme a Su propósito y Su voluntad por que lo que más anhelamos es oír Su voz.
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Nos gustaría agradecer a Bruno Nava "De raíz" por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/Bruno-Nava-104653184912798?locale=es_ES