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La Voz De DiosMuestra

La Voz De Dios

DÍA 4 DE 5

BuEn la Biblia, Dios nos muestra la importancia que tiene el prestar atención a su voz, a escucharlo a Él y solo a Él. Sin embargo, en el mundo espiritual, existen diversidad de voces, y una de ellas es la de Satanás, el padre de mentira. Esta voz la analizaremos más adelante.

La palabra “oír” aparece más de 800 veces en el Antiguo Testamento y casi 400 veces en el Nuevo testamento; esto nos debe dar un parámetro de qué tan esencial es en nuestra vida en Cristo aprender a escuchar la voz de nuestro Señor. La palabra nos insta a prestar verdadera atención a lo que Dios tiene que decirnos que son palabras que salen de su boca dirigidas a nuestra vida. 

La palabra hebrea para oír es shamá que significa oír inteligentemente, prestar atención, dar oídos, discernir, entender, escuchar, recibir, testigo. En el Nuevo Testamento, la palabra oír proviene del griego akoúo, que significa escuchar, llegar a oído de, obedecer, oír hablar, oyente.

Podemos percibir la voz de Dios mediante nuestros oídos físicos, por sueños o su Palabra. La voz de Dios nos rodea de una forma evidente y real, está en nosotros el poder percibirla, conocerla y reconocerla; lo fue así en tiempos antiguos y sigue siendo así.

Veamos como Dios era específico al aconsejarnos oír Su voz, aquí algunos de muchos ejemplos en Su Palabra:

Antiguo Testamento            

  • 1 Samuel 3:9-10            
  • 1 Samuel 12:14-15             
  • Isaías 1:10; 30:30            
  • Isaías 1:1030:30            
  • Isaías 30:30            
  • Isaías 51:4             
  • Jeremías 10:1             
  • Miqueas 6:1

Nuevo Testamento          

  • Marcos 7:14           
  • Lucas 5:1          
  • Juan 5.24           
  • Romanos 10:17           
  • Efesios 1:13           
  • Colosenses 1:6 1           
  • Juan 1:5

Este tipo de mensaje que Dios nos da, es a través de sus elegidos, de sus enviados o misioneros que tuvieron el privilegio de escuchar de Dios, como Moisés, quien pudo oír la voz del Creador que le hablaba. Sin duda, este personaje bíblico tuvo una calidad espiritual formidable, tenía una disposición extraordinaria para poder recibir el mensaje de Dios. En usted y en mi existe el mismo carácter de Moisés, nosotros somos capaces de percibir las voces espirituales de la misma manera y con la misma intensidad; Dios nuestro Creador no ha cambiado jamás, ni lo hará. Él sigue hablando a nuestras vidas, Él sigue haciendo escuchar Su voz de muchas maneras hoy en día. Somos nosotros los que tenemos que hacer el silencio necesario a través de la oración y la comunión con Jesucristo, para poder escuchar esa voz maravillosa que es el alimento de nuestras vidas. 

Sin embargo, existen otras voces dirigidas por Satanás, existen voces que quieren y pretenden confundirnos y arruinar nuestras vidas.La voz de satanás puede ser similar o podemos confundirla; el enemigo es especialista en la falsedad, en la mentira, y el engaño (Jn. 8:44) Es necesaria una comunión perfecta con Dios para poder distinguir su voz de las demás voces. Es muy sencillo escuchar la voz del enemigo, y mucho más cuando en nosotros el alimento de la carne es más abundante que el del espíritu; (Ro. 8:5) nuestra vida tiene más atención y dedicación en la cotidianidad del mundo que en el poder sobrenatural de Dios, escuchamos la voz del maligno en cualquier parte, de cualquier manera y por cualquier medio; esto nos lleva a una pregunta ¿Por qué ese tipo de voces las podemos percibir de una manera tan sencilla? La respuesta la tenemos en nuestra vida transitoria por este mundo. Déjeme explicarlo mejor. Nosotros al llegar a los pies de Jesucristo, nos convertimos en extranjeros que vivimos rodeados del principado de satanás en el planeta y es solo a través de la comunión verdadera con Dios y Jesucristo por medio del Espíritu Santo que nosotros podremos escuchar Su voz. Llegará el día en que nuestra vida sea eterna a lado de Jesucristo, estaremos en el lugar que nos corresponde y escucharemos solamente Su voz. Debemos continuamente de tener nuestro pensamiento en Cristo y así familiarizarnos con Su voz (2a Co. 10:5). Es nuestra carne lo que facilita el escuchar la voz de satanás y no la de Dios; es como la música en la orquesta, en mi experiencia, si he escuchado muchísimas veces una sinfonía, se cómo tocarla, sé en que parte va mi participación casi sin leer la partitura, pero si no he tenido mucho contacto con la obra, se me dificulta, tengo que recurrir a la partitura intensamente porque ¡no sé cómo suena! Lo que deriva en una ejecución menos profesional. De la misma manera, la voz de Dios en nuestra vida tiene que derivar en éxito, en consuelo, en fortaleza, en ánimo, en poder y autoridad, pero repito, solo lo conseguiremos con una frecuente y verdadera comunión con Él.

La voz de Dios en nuestra vida, establece también un “sentido auditivo espiritual”, es decir, cuando su voz habla a nuestro espíritu a través del Suyo que se traduce en obediencia sin recibir una orden directa, pero con una convicción de lo que sentimos (escuchamos) espiritualmente.

La voz de Dios está disponible si verdaderamente creemos en Él, sería un poco incongruente, como mencionaba anteriormente, el poder tener la suficiente fe para creer en el regalo de la vida eterna, en el perdón de pecados y en que Dios levantó de entre los muertos a Cristo y lo aceptáramos en nuestro corazón y no creyéramos en que Él nos puede hablar.

La voz de Dios está justo ahora, en este preciso momento hablando a su espíritu, a su mente y ¿por qué no? ¡A su oído! El Padre quiere comunicarse con cada uno de nosotros, debemos aprender a guardar el silencio necesario y aislarnos lo suficiente para poder distinguir Su hermosa voz; es como cuando recibe una llamada en su teléfono celular y el ambiente está lleno de ruido, usted, seguramente se aísla lo más posible para poder escuchar y entender que le están diciendo; lo mismo sucede con la voz de Dios.

Jeremías 23:18 Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su palabra? ¿Quién estuvo atento a su palabra, y la oyó?

Note hermano en Cristo, que en este versículo dice “vio” y “oyó”, cuando vemos, es cuando leemos Su palabra, pero también dice “oyó”, haciéndonos referencia al sentido auditivo o “auditivo espiritual”. Estar en el secreto de Jehová, nos indica ese aislamiento del que hablaba hace unas líneas, poder escuchar Su voz es más sencillo en nuestra relación personal con Él, en esta intimidad espiritual rodeada de paz, de quietud, donde podemos con mayor facilidad escucharlo a Él. (1a R. 19:11-12).

Día 3Día 5

Acerca de este Plan

La Voz De Dios

¿Dios sigue hablando hoy en día? ¿Su voz es audible? A lo largo de estos días, aprenderemos cuál es la voz de Dios y cómo aprender a escucharla en sus diversas manifestaciones. Escuchar al Señor es fundamental para poder vivir conforme a Su propósito y Su voluntad por que lo que más anhelamos es oír Su voz.

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Nos gustaría agradecer a Bruno Nava "De raíz" por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.facebook.com/Bruno-Nava-104653184912798?locale=es_ES