Construyendo HumildadMuestra
Digo, pues, por la gracia que me es dada, a cada cual que está entre vosotros, que no tenga más alto concepto de sí que el que debe tener, sino que piense de sí con cordura, conforme a la medida de fe que Dios repartió a cada uno. Romanos 12:3
El consejo de Romanos 12:3 es desarrollar la actitud de vernos según la verdad en cuanto a nosotros mismos y vivir a la luz de ella, más que desarrollar una actitud que encuentra placer en la humillación o la degradación. Más bien, la idea es que cuando nos vemos como realmente somos, es imposible entregarnos al orgullo.
La humildad es autenticidad en acción
La humildad consiste en ser uno mismo, en ser auténtico con la gente y en desechar las falsas máscaras. Para ser humildes necesitamos ser honestos y realistas, conocernos y aceptarnos a nosotros mismos tal como somos. Sólo aquellos, pues, que se ven tal como realmente son, pueden ser considerados humildes. Humildad significa ser auténtico, sin pretensiones ni arrogancia. Al orgulloso, por el contrario, le cuesta ser genuino, dada su tendencia a mantener su máscara de infalibilidad.
En la medida en que un hombre es más humilde crece una visión más correcta de la realidad en él, como consecuencia del conocimiento interno al que accede, pero a la vez por la apertura que muestra hacia otros, lo que le permite generar una interacción más rica, fluida y contextualizada con los demás. Por otra parte, su condición de humildad le aporta vulnerabilidad, dada la sencillez, sinceridad y tolerancia propias de la humildad.
El orgulloso, por su traje de infalibilidad que viste, se hace invulnerable (inaccesible) a otros; se vuelve lejano e intransitable para las demás personas. Por el contrario, la persona humilde se hace vulnerable, no en el sentido de debilidad (carencia) que algunas personas le atribuyen, sino en término de accesibilidad. La vulnerabilidad que acompaña a los humildes, hace que la gente se identifique con ellas, y termina ganándose el corazón de éstos.
Escrituras
Acerca de este Plan
La humildad es una virtud esencial en la vida. La humildad: reconocer lo que somos, sin exagerar ni minimizar. La persona humilde tiene conciencia de sus habilidades y capacidades propias, y como no tiene nada que demostrar, está más abierta a aprender y a reconocer sus errores, así como a apreciar el valor de las otras personas.
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Nos gustaría agradecer a Arnoldo Arana por brindar este plan. Para mayor información por favor visite: https://vidaefectiva.com/