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El Peso De La CulpaMuestra

El Peso De La Culpa

DÍA 4 DE 6

Cuando alguien padece de culpabilidad crónica y de autocrítica, se hace blanco fácil para relaciones tóxicas y abusivas con personas que les encanta señalar. Debes cuidar de que la opinión de otros no refuerce tus culpas.

Le creemos a aquellos que nos condenan por nuestras equivocaciones. Le creemos a satanás, cuyo nombre significa: el acusador. Le creemos a nuestra propia mente que se arma historias que profundizan y refuerzan la culpabilidad, pero ¿le creemos a Dios que nos perdonó?

Una vez que la semilla de la culpa se siembra en tu corazón, es peligrosa. Si te encargas de regarla y hacerla germinar, se convierte en una fea planta de culpa y vergüenza. Ahora, el detalle es que, si empieza a morir, seguro satanás encontrará su manera de recordarte que no eres suficiente, que te vas a equivocar, que ahora si no mereces perdón y no solo eso, sino que también habrá personas dispuestas a ponerle el abono que esa planta necesita. 

Hay varias cosas que son claves en el cristianismo. Entre ellas están la Gracia, la misericordia y compasión, que bien usadas traen libertad y mal usadas traen libertinaje. También están la verdad y la justicia, las cuales bien usadas traen cambios, mal usadas traen destrucción. Nuestras relaciones deben estar llenas de gracia y verdad ya que nosotros, si queremos seguir los pasos del Señor, debemos estar llenos de lo mismo. 

Es necesario tener cuidado de lo que se modela en la familia, la iglesia y en la vida en general.  Fomentar la responsabilidad no es lo mismo que crear un ambiente de temor, señalamiento y culpabilidad. El Señor quiere traer libertad, no opresión y nuestro llamado es ser parte de Su plan. 

Si una persona o institución, está llena de justicia y verdad, debe dar un giro y buscar el centro Bíblico, que es estar lleno de Gracia y Verdad. Cualquiera que vaya un paso más allá de la “justicia” y “verdad” y no tenga gracia, y no tiene como fin la restauración, la restitución y la reinserción… no está espiritualmente sano.

¿Cuál crees que es el fin del sistema establecido por Dios, condenarte o restaurarte? 

Es simple, si Dios tuviera como fin el condenarnos, no tiene que hacer nada de lo que hizo. Cristo se ahorra la venida y se ahorra la cruz. Y puedes preguntarte ¿Habrá gente condenada? La respuesta es sí, pero no porque el fin del Señor sea la condenación. El vino para que salvar no para condenar.  

Por lo tanto, si el fin de Dios no es ese, tampoco debería ser el de nadie y de inmediato invalida la postura de aquellos que lo hacen. Aclaro, si debes pagar por algo, pues debes pagarlo, es parte del sistema de justicia, eso no tiene que ver con esto, estamos hablando de no permanecer atado a una culpa perniciosa que no te deja avanzar, aun incluso habiendo pasado por un proceso y experimentado lo necesario para recibir el perdón. 

No compres las palabras y los discursos que tienen la finalidad de mantenerte atado por medio de la culpabilidad. Si Cristo te ha liberado, eres libre. 

Pregúntate: ¿Permites que otros te mantengan pisado por tu pasado?


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Acerca de este Plan

El Peso De La Culpa

En ocasiones es más fácil perdonar a otros que perdonarse a uno mismo. La culpabilidad mal manejada puede llegar a convertir tu vida en algo muy complicado, más aún cuando vivimos en un mundo lleno de condenación, donde muchas cosas y personas pueden dedicarse a recordarnos nuestros errores.

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Nos gustaría agradecer a Abraham Figuera Alvarez por brindar este plan. Para mayor información por favor visite: http://afiguera.me/