Si Eres Hijo... Eres SoldadoMuestra

Soy Soldado y de los Valientes

Es normal que frente a determinadas batallas nos sintamos frágiles y vulnerables; eso es bueno, pues nos llevará a la dependencia total de nuestro Líder, General y Señor "Cristo Jesús". Un buen soldado sabe a quién le sirve, a quién le pertenece y para quién batalla; y el amor, la credibilidad y la confianza que siente hacia su Señor, serán suficiente motivante para no rendirse ni amedrentarse. Su propósito sobrepasa los deseos de su corazón, de sus propios sueños y metas; un soldado rendido al reino de los cielos sabe que su pelea tiene dueño y tiene un propósito que va más allá de su propio bienestar o beneficio.

Soy soldado y de los valientes, porque con tal de permanecer firme en Cristo Jesús y en su voluntad, avanzo, y aunque en muchas batallas he sido un soldado herido, avanzo a pesar de las heridas; esas heridas han sanado y van sanando las que falten por sanar, pero sigo adelante, confiando en que mi Señor me ayudará y me seguirá levantando y fortaleciendo para seguir en pie de lucha.

No me rindo, no vuelvo atrás; no retrocedo, voy avanzando con paso firme confiando en que cada paso que doy está guiado por el Espíritu que me guía y me ha dado aquel por quien obtendré con certeza la victoria. Él es fiel y no me dejará desfallecer; Él me afirmará en sus propósitos y avivará en mí el deseo de seguir adelante. Él batalla con nosotros, Él es quien nos fortalece en medio del enfrentamiento, en medio de los ataques y es Él quien nos ayuda a vencer. Así que no hay por qué amedrentarnos, Él Señor es nuestra Salvación; Él jamás será derrotado, Él es vencedor por naturaleza y a los suyos guardará, respaldará y no defraudará porque en Él confiamos.