Rompiendo estructurasMuestra

Hay una vieja historia que se cuenta sobre un hombre llamado Ernest Hemingway. Este hombre, una noche estando borracho apostó que podía escribir una novela de tan solo seis palabras.

Mucha gente no lo tomó en serio, ya que las novelas pueden ser muy largas como "El conde de Montecristo" o muy cortas como "El Principito".

Nuestro autor logró una novela tan corta y desgarradora, que se llevó la atención del público. Es increíble cómo algo tan corto y sencillo puede causar tantos sentimientos. Su novela decía lo siguiente:

"For sale: Baby shoes. Never worn» Se vende: zapatos de bebé, nunca usados"

Sinceramente me fue imposible evitar sentir el escalofrío que me pasaba por la espalda al saber que alguien había pasado por esa situación. Pero más allá de lo trágico que pueda sonar esta frase, a partir de ahí hubo muchas más que salieron, pero esta vez, salieron de los propios lectores.

Hubo grandes novelas de 6 palabras, deja que te comparta algunas:

"Vendo vestido de novia sin usar"

"¿Para siempre? solo por última vez"

"Cenicienta ya no necesita su zapato"

"También te amo, mintió ella"

Pero hay otras que son más divertidos, no todo es tragedia en esta vida.

"Pasa no te pegaré, la chancla"

"Es mi primera vez, ¿tu nombre?"

"Su lápida decía, sin seguro"

"Me fuiste infiel; Juana 10 años"

La lista podría seguir, pero para esta ocasión, usaremos una en particular “Viva la vida por Frida Kahlo".

Poco tiempo después de escribir esto, falleció a causa de sus tantos problemas de salud. Frida nos dejó un mensaje increíble: "Viva la vida".

Últimamente, quizás a causa del dolor causado por el coronavirus, muchas personas decidieron terminar con su vida. En España el número de suicidios es increíblemente alto.

¿Cómo una mujer a punto de morir dice "viva la vida" y alguien con la vida por delante decide terminarla?

Vidas carentes de sentido, vidas destruídas por la sociedad y vidas aniquiladas por motivos que a la vista nuestra parecen insignificantes. Son mentes incomprendidas, son personas que nunca fueron escuchadas o simplemente una depresión o mala experiencia los llevó a eso.

Siempre destaco que la ayuda profesional es clave en estas situaciones, pero hoy quiero compartirte algo que encontramos en la Biblia y quizás pueda ayudar con este tema.

Si leemos Hechos 16:16-34 encontramos una historia increíble. Pablo y Silas son golpeados y encarcelados por liberar a una mujer de sus problemas espirituales, una vez allí, fueron metidos en una celda y atados con cadenas.

En la media noche, a pesar de toda la situación, Pablo y Silas empiezan a adorar a Dios. Las cadenas se rompen, las puertas se abren y los presos son liberados.

El poder de la oración es tan fuerte que no solo te trae bendición a ti, sino también a todo tu alrededor.

Quizás podríamos decir que este es el gran milagro, pero no vamos a detenernos aquí. Cuando el guardia romano ve la situación, desenfunda su espada, y decide quitarse la vida. Pablo, que podía salir corriendo en busca de su libertad, aún estaba allí, y con un grito desgarrador suelta:

- ¡No te hagas daño! ¡Todos estamos aquí!

El guardia no podía creer lo que estaba viendo. Cae rendido a sus pies y decide tener eso que Pablo y Silas tenían. El resumen es que el guardia y su familia conocieron a Jesús, fueron bautizados y obtuvieron la salvación.

Que viva la vida diaria Frida Kahlo, pero quizás podamos verlo así:

Pablo oró, y obtuvo la libertad que solo Dios puede dar (en este caso fue física porque la espiritual ya la tenía), pero no se conformó con eso, sino que cuando el guardia romano estaba atravesando el momento más decisivo de su vida, él estaba a su lado para mostrarle cuál era la verdadera respuesta. Como resultado más gente salió ilesa, su familia.

Muchas veces conocemos casos de personas que están como el guardia romano. Personas desesperadas que ante una situación límite deciden de la peor manera, pero nosotros tenemos la capacidad de ayudar a que esto no suceda. Tenemos un Dios que ya nos dio la libertad que necesitamos, ahora tenemos la responsabilidad de compartirla.

Usa bien tu libertad. Usa bien tu oración. Usa para bien la situación que tienes adelante. No salgas corriendo. Quizás no puedas cambiar el mundo, pero sí podrás cambiar el mundo de muchas personas.

Para reflexionar: ¿Cómo puedo cambiar el mundo hoy?