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Rompiendo estructuras

DÍA 3 DE 5

Instagram, Facebook, Twitter, TikTok, y cientos de plataformas que nos permiten conectar con personas de todo el mundo. No solo eso, sino que también nos permite exhibirnos, mostrarnos, darnos a conocer de la forma en que queremos que nos vean. Cada cuenta tiene destellos de la personalidad de su dueño, algunos son originales, otros son copias baratas de los que ya tuvieron éxito.

Pero si hoy te pregunto quién eres, ¿sabrías qué contestar?

Te doy un ejemplo, si hablas con un médico, pongámosle de nombre Pepito, estoy casi seguro que él me respondería... "Hola soy Pepito, tengo 40 años, estoy casado y soy médico". Toda su vida está basada en esos criterios que le dieron su identidad, pero si a Pepito le quito su esposa y su título, ¿qué queda de Pepito?

Al final, siempre estamos basando nuestra identidad en cosas que pueden variar, en cosas que no podemos controlar, en cosas que pueden desaparecer y ser destruidas en una fracción de segundo.

Si leemos Mateo 26:69-75 seguramente conozcas esta historia, Pedro negando a Jesús 3 veces antes que cante el gallo, pero ¿cuál es la postura generalizada de esta situación?

Lo fácil sería hablar de la poca fe de Pedro, criticar, cuestionar y preguntarse desde un lado de superación cosas como ¿De verdad negó a Jesús?, o quizás frases como "Pobre Pedro, no sabía lo que hacía" u otras como "Yo en su lugar, preferiría morir antes que negar a Jesús".

Quizás el motivo de su negación no fue causado por el miedo, sino que hubo algo más que se nos está escapando. ¿Será que estaba teniendo una crisis de identidad?

Pedro venía de pasar los tres años más intensos en la historia de la humanidad, venía de ver milagros como la sanación, resurrección, provisión, y cientos de cosas que superaban su expectativa día a día.

Pedro era un seguidor de Jesús.

El negar a Jesús, causó que todo lo que había construido en los últimos años, todo lo que había hecho, cada esfuerzo, cada lucha, cada decisión tomada, pierda valor. Él se estaba moviendo por un principio, y en una situación de tensión, ya no lo tenía. Pedro no solo negó a Jesús, sino que también se negó a sí mismo.

Lo que sucedió era lo obvio, Pedro no supo quién era, por ende, tampoco sabía quién era Jesús.

Muchas veces basamos nuestra identidad en cosas que pueden cambiar en el tiempo, como la vida de Pepito, el médico que estaba casado, se divorció al cabo de unos años, y eso le trajo depresión, causando que cometiera errores en el trabajo, y a consecuencia de eso, perdió algo muy valioso para él, su licencia. Ahora Pepito ya no es un hombre casado ni es médico, su identidad cambió.

Pedro ahora no es Pedro, vuelve a ser Simón, vuelve a ser lo que los demás dicen que es, vuelve a ser un pescador.

Muchas veces necesitaremos hacernos preguntas como ¿Quién soy?, y plantearnos situaciones como la siguiente: "Si hoy nos quitamos esas etiquetas que forman parte de nuestra identidad, ¿qué quedaría?"

En Juan 21:15-17 encontramos lo siguiente:

De un lado Simón y del otro lado Jesús, el que negó su identidad y el que vino a restaurarla. Jesús sabía que Simón tenía que volver a ser quien era, la situación no podía quedarse de esa manera, Simón tenía que volver a ser Pedro. Cuando le pregunta tres veces si lo ama, lo que hizo fue devolverle eso que había perdido en aquella noche al negarlo, le está recordando quién está realmente en su corazón y le recuerda cuál era su propósito.

Jesús se aseguró de que Pedro volviera a tener su identidad, una identidad que nadie le iba a poder arrebatar nunca más, porque ya no dependía de Pedro, sino de Jesús.

Muchas veces nos dejamos influenciar por el entorno que tenemos. Vivimos en un mundo superficial, donde dependiendo de la moda somos una u otra persona, pero solo hay una identidad que nunca va a cambiar y es aquella que viene de una convicción; aquella que es lo suficientemente fuerte como para anteponerse a todas las cosas. Pedro tuvo que pasar por una situación difícil para entender quién era, pero al final se dio cuenta que lo único que nunca iba a cambiar era el amor de Jesús hacia él, y eso le devolvió su identidad, su personalidad, su llamado, su propósito, y lo convirtió en el hombre que leemos hoy día.

Para reflexionar:

¿De qué depende nuestra identidad? Una varía, la otra no.

¿De quién depende nuestra identidad? Tenemos el poder de elegir.

Escoge bien.

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Acerca de este Plan

Rompiendo estructuras

En este plan serás desafiado/a. Leerás sobre temas poco hablados, pero que son de mucha necesidad para nuestro día a día. Obtendrás una visión diferente de varios puntos y lograrás sentirte identificado/a con los temas tratados. La finalidad es que no seamos los mismos después de este devocional, que podamos acercarnos más a Dios y comprender que ÉL es más amplio de lo que conocemos hoy.

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Nos gustaría agradecer a agustin torelli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://elateocristiano.blogspot.com/