Rompiendo estructurasMuestra

¿Cuántas veces escuchamos historias sobre el rey de la selva? No hay persona adulta o niño que no haya visto alguna vez las famosas películas del rey León.
Siempre me llamó la atención que se eligiera al león como el animal más fuerte del mundo, y que nunca se mencionara a otros, como por ejemplo al tigre. Son cosas que no solemos plantearnos, uno siempre fue rey, y el otro bueno, solo un tigre.
Reiteradas veces escuché a personas decir que son duros, que van a luchar como leones la batalla, pero ¿por qué nunca como un tigre?
Lo más lógico sería escoger un tigre antes que un león, ya que este es más grande, más pesado, más fuerte. No sólo eso, creo que incluso nos identificaríamos más, ya que el tigre como ser individual que es, sabe sobrevivir sin la ayuda de nadie.
A veces suelo pensar que Jesús debería ser el tigre de Judá.
Poco a poco, creo que mi concepto de tigres y leones se fue ajustando. El tigre, claramente por su belleza, fue ganando más espacio y terreno en mi corazón. Ya no quería pelear como un león, iba a pelear como un gran tigre. Todo esto se mantuvo hasta que leí una historia que cambiaría mi forma de ver las cosas radicalmente.
Cuando Jesús decide convocar a todos sus discípulos y hacer ese famoso acto de lavarles los pies, muchas veces cuestioné su intención. Porque el ser más maravilloso que pisó nuestro mundo se inclina ante 12 personas diferentes. Porque se agacha con su toalla atada a la cintura y empieza a lavar esos pies sucios, esos pies llenos de polvo, esos pies que seguramente daban asco. Hay que tener en cuenta que fue hace más de dos mil años, no usaban zapatillas y no había asfalto como hoy día.
Sus pies estaban realmente sucios.
Vamos a dividir esta historia en 2 pequeñas partes. (Juan 13:7-17)
Parte 1.
Cuando Jesús le quiere lavar los pies a Pedro.
Pedro: No vas a lavarme los pies.
Jesús: Si no lo hago no tienes parte conmigo.
Pedro: Pues entonces manos y cabeza. (Servicio completo).
Jesús: El que está limpio, solo necesita lavarse los pies.
Cuando Jesús le dice a Pedro que solo debía lavarle los pies, lo que realmente le está diciendo es "Pedro, tú eres una persona limpia, tu corazón está limpio, pero tus pies están sucios. Tus errores te ensuciaron los pies, pero eso no cambia lo que eres tú, solamente necesitas a alguien que te los limpie".
Segunda parte
Jesús lavando los pies ¿Por qué lo hacía?
Muchas veces escuchamos decir que Jesús les demostró que Él era humilde, y que eso tenían que hacer. Pero a veces nos olvidamos de quién era Jesús, nos olvidamos de que es el hijo de Dios y que Él no tenía que demostrar nada a nadie.
¿Y si te digo que en lugar de humildad lo que estaba logrando era unidad?
Los doce discípulos eran personas muy diferentes, tan diferentes como lo somos tú y yo. Jesús sabía que los 12 eran poderosos tigres, eran individualmente muy fuertes, y con un gran amor hacia Él. Pero sus diferencias eran más grandes que su amor.
Cuando Jesús les lava los pies, y luego les dice que ninguno es más que el otro (v13-16) lo que está haciendo es ponerlos a todos al mismo nivel, ya no importaba si eras un zelote republicano, un pescador o un traidor.
Eran todos iguales.
Cuando me pregunté quién ganaría una pelea entre un poderoso tigre y un débil león, pensé que la respuesta obvia era el tigre. Pero se me olvidaba el detalle más grande de todos.
Los leones nunca van solos, siempre van en manada, y eso los hace fuertes, los hace ser los dueños de la selva.
Cuando Jesús lavó sus pies, logró convertir a poderosos tigres en humildes leones. Leones que se unieron bajo un mismo líder, leones que nadie pudo detener, leones que entregaron su vida por un propósito mayor. Ya no eran seres individuales, eran un equipo.
De regalo nos dejó la enseñanza que le dio a Pedro, diciendo que, si cometemos errores, estos se convertirán en polvo en nuestros pies. Pero siempre habrá alguien dispuesto a ayudarnos a remendar ese error, siempre habrá alguien que se arrodillará y limpiará nuestros pies.
El día que podamos entender realmente lo que hizo Jesús esa noche y lo podamos poner en práctica (v17), viviremos en un mejor lugar, donde podremos apoyarnos los unos a los otros. Donde seremos iguales.
Recuerda, Dios no quiere poderosos tigres, quiere una manda de débiles leones.
Para reflexionar: ¿Te consideras un tigre? ¿Qué harás para hacer crecer la unidad en la iglesia?
Escritura
Acerca de este Plan

En este plan serás desafiado/a. Leerás sobre temas poco hablados, pero que son de mucha necesidad para nuestro día a día. Obtendrás una visión diferente de varios puntos y lograrás sentirte identificado/a con los temas tratados. La finalidad es que no seamos los mismos después de este devocional, que podamos acercarnos más a Dios y comprender que ÉL es más amplio de lo que conocemos hoy.
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Nos gustaría agradecer a agustin torelli por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://elateocristiano.blogspot.com/
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