Anhelos de Año NuevoMuestra

Más cerca de Él

Una de las promesas más hermosas que ha hecho Dios a sus hijos se encuentra en Santiago 4:8, “Acercaos a Dios y Él se acercará a vosotros.” Si lo analizamos bien entenderemos que Dios ya dio el primer gran paso para acercarse a nosotros. Él dio a su Hijo Jesucristo, quien se hizo hombre y murió en la cruz para que por la fe en su sacrificio perfecto los pecadores pudiéramos ser reconciliados con Dios.

Antes, estábamos lejos y ya hemos sido hecho cercanos. “Pero ahora, vosotros que en otro tiempo estabais lejos, habéis sido hecho cercanos por la sangre de Cristo.” (Ef.2:13).

Bueno y ahora que estamos cerca, que somos suyos, que estamos en el Verdadero que es Jesucristo, ¿podemos acercarnos más? Claro que sí, amados del Señor. Siempre hay espacio para acercarnos más al Altísimo. Nuestro interés genuino de conocerle, de buscarle y obedecerle nos lleva a espacios más íntimos en nuestra relación con el Señor.

Es un fenómeno espiritual que ocurre de ambas partes: yo me acerco a Dios y Él se acerca a mí. Humanamente es muy difícil tratar de entender como un Dios tan infinito en poder y en Majestad, decide con toda la intención divina acercarse a aquellos que se acercan a Él.

Los CEO de las grandes compañías son cada vez más inaccesibles. Cuando están camino a la cumbre son muy amables y accesibles porque, claro, están tratando de caerles bien a todos con el fin de que se le abran más puertas. Pero una vez que lo logran, el corazón se les enaltece, como le pasó a muchos reyes de Israel y Judá, y empiezan a distanciarse de los demás seres humanos a quienes consideran muy por debajo de sus alturas.

Con nuestro Dios no sucede así, su gran deseo es tenernos cerca de su corazón, y no a unos en particular sino a todos sus hijos. Lo que ocurre es que algunos hijos se quedan de lejitos, como aquellos discípulos que contemplaban de lejos cómo se llevaban a su Maestro. A la verdad que no todos procuran con diligencia acercarse a Dios. Sus cargadas agendas, aún las de la iglesia, les abarrotan su tiempo y apenas les queda espacio para acercarse al Señor.

Siempre me ha impactado la pregunta que el profeta Jeremías hizo al pueblo de Judá cuando le habló de los falsos profetas, “Porque ¿quién estuvo en el secreto de Jehová, y vio, y oyó su Palabra? ¿Quién estuvo atento a su Palabra y la oyó?” (Jer. 23:18). Es un hecho que los que están en el secreto de Jehová son los que se acercan a Él.

Cuando entramos a nuestro espacio de encuentro con Dios en oración y nos humillamos en su presencia, cuando derramamos nuestra alma delante de Él, estamos dando pasos para acercarnos a su presencia. También es importante que estemos atentos a su Palabra, para escuchar su consejo, para conocerle, para dejar claro que nuestro interés no es saber mucho sino conocerle más. Dios conoce la intención de nuestro corazón y desde su secreto nos va acercando a Él lleno de amor, porque su promesa es que Él se acercará a nosotros.