Anhelos de Año NuevoMuestra
No paremos de crecer
Los seres humanos comenzamos a crecer desde que nacemos, pero hay un momento en nuestras vidas en el que se detiene nuestro crecimiento. Cuando Jesús habló a sus discípulos sobre la ansiedad, les dijo: “¿Y quién de vosotros podrá, por mucho que se afane, añadir a su estatura un codo?” (Mt. 6:27).
Es decir, que una vez hemos crecido lo que íbamos a crecer, no podemos estirarnos un poquito más. Menos mal que Dios no mira la estatura nuestra, Él fija sus ojos en nuestro corazón. Así se lo hizo saber al profeta Samuel.
“Y Jehová respondió a Samuel: No mires a su parecer, ni a lo grande de su estatura, porque yo lo desecho; porque Jehová no mira lo que mira el hombre; pues el hombre mira lo que está delante de sus ojos, pero Jehová mira el corazón.”(1 Sam. 16:7)
Sin embargo, hay un proceso de crecimiento que es necesario que se siga dando en cada hijo de Dios hasta que llegue lo perfecto. A ese proceso de crecimiento le podemos llamar transformación, madurez, capacidad de dar fruto, renovación de nuestro entendimiento. Todos debemos seguir creciendo porque hay una altura dada por Dios que debemos alcanzar y es la estatura de la plenitud de Cristo (Ef. 4:13).
Pero no todos nos seguimos desarrollando, hay algunos que se estancan y pierden en el camino ese deseo, esas ganas de seguir creciendo. A veces por un estado lamentable de conformismo, otras porque crecer en el Señor no es tan fácil.
Crecer requiere tomar la cruz cada día y seguir al Maestro, crecer es ir despojándonos de aquellas cosas que desagradan a Dios y a las que probablemente estábamos muy acostumbrados. Crecer implica renuncia, quebranto, tiempo y esfuerzo.
Una de las exhortaciones más comunes del apóstol Pablo a las iglesias era que tenían que crecer. Les invitaba a crecer en la gracia, en el conocimiento, en el amor, en la fe, en la obra del Señor, en el modo de pensar. A los que debiendo haber crecido se mantenían estancados les llamaba niños en Cristo.
Es que nuestro crecimiento o la falta del mismo se hace evidente cada día de nuestras vidas. Los que están más cerca de nosotros se benefician de nuestro crecimiento porque damos frutos. Estamos capacitados por el poder del Espíritu Santo para hacer frente a las diferentes situaciones que nos presenta la vida. Dios nos va dotando de sabiduría, de paciencia, de bondad, de esperanza. No tenemos toda la paciencia que quisiéramos pero vamos progresando. Nuestra fe tiene momentos de debilidad pero en el camino se va fortaleciendo.
Los momentos de pruebas, tales como los que estamos viviendo en este tiempo, sirven para que recordemos que nuestro crecimiento viene de Dios y que debe ser nuestra más intensa oración clamar al Señor para que nos ayude a seguir creciendo en Él.
“Mas la senda de los justos es como la luz de la aurora, Que va en aumento hasta que el día es perfecto.”(Prov. 4:18)
Escrituras
Acerca de este Plan
Es para todos conocido que la llegada de un nuevo año tiende a avivar nuestros anhelos. Este plan de cinco días te recomienda cinco resoluciones que te ayudarán a vivir una vida más plena en el Señor. Son consejos divinos para nosotros, a fin de que seamos luz y le demos gloria al Señor. Te invito a que las hagas tuyas y te propongas cumplirlas de todo corazón.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://facebook.com/GrettchenStage