Anhelos de Año NuevoMuestra
Seguir soñando
Cuando los sueños se acaban es porque se ha dejado de soñar. Probablemente y hablando en sentido figurado, los ojos ya están abiertos, nos despedimos de la almohada, nos lavamos la cara y continuamos el camino en un estado de conformismo que corta el vuelo y hace que se escondan nuestras alas. El tiempo de la ilusión y la esperanza se va esfumando, y quedan pocas fuerzas para soñar.
Las circunstancias difíciles y los problemas que se presentan en la vida van poniendo punto final a los sueños que en algún momento revolotearon en nuestras almas. Es muy triste saber que hay vidas que se han quedado dormidas en la cama del pasado. Son personas cuyo ayer, insistentemente les mantiene sumidos en el desgano, en la opresión de la culpa y en una pobre visión de su futuro.
De manera que la esperanza, que es el fuego que enciende nuestros sueños, apenas les alcanza para avanzar de día en día por el camino de la vida.
Para los que estamos en Cristo, la esperanza es uno de los dones más preciados que poseemos. Por eso, cuando las dificultades quieren poner un velo ante nuestros sueños y anhelos, nosotros podemos recurrir al Dios de esperanza. Sólo el Señor puede disipar las nubes de pesadumbre y desesperanza que quieren envolver nuestra alma. Su Palabra, sus promesas, su fidelidad, su poder y todo lo que es Dios en nosotros, nos ilumina con la luz de la esperanza.“Y el Dios de esperanza os llene de todo gozo y paz en el creer, para que abundéis en esperanza por el poder del Espíritu Santo.” (Rom. 15:13)
José era un soñador de sueños, no solo porque literalmente recibió sueños de Dios, sino porque trascendió sus terribles circunstancias con la fe en el Dios que le dio esos sueños. A los treinta años alcanzó la máxima posición que podía tener alguien después del faraón de Egipto. José siempre supo que Dios estaba con él. Por eso saltó todos los obstáculos que querían impedir que avanzara a las alturas.
Él sabía que el Dios de esperanza estaba en control. Todo lo que le ocurrió, desde ser despreciado por sus hermanos, ser vendido como esclavo, ser calumniado y acusado injustamente, ser apresado y todo lo que emocionalmente estas situaciones reales en su vida pudieron haber causado en su alma, no pudieron apagar su esperanza. Recordemos, Dios estaba con José.
Él vio a Dios en todas sus circunstancias, por eso pudo decir a sus hermanos, “Así, pues, no me enviasteis acá vosotros, sino Dios, que me ha puesto por padre de Faraón y por señor de toda su casa, y por gobernador en toda la tierra de Egipto.” (Gén. 45:8)
Te invito a seguir soñando, a estirar tus alas y levantar el vuelo. Recuerda, Dios está contigo. Ciertamente, el camino es estrecho, enfrentamos luchas y pasamos por situaciones que no quisiéramos tener que vivir, pero la promesa del Dios de esperanza sobre nuestras vidas nos garantiza la victoria y nos capacita para seguir soñando.
Escrituras
Acerca de este Plan
Es para todos conocido que la llegada de un nuevo año tiende a avivar nuestros anhelos. Este plan de cinco días te recomienda cinco resoluciones que te ayudarán a vivir una vida más plena en el Señor. Son consejos divinos para nosotros, a fin de que seamos luz y le demos gloria al Señor. Te invito a que las hagas tuyas y te propongas cumplirlas de todo corazón.
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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://facebook.com/GrettchenStage