Reparación Requerida: Guía Para Reparar Relaciones RotasEjemplo

De regreso a ti.

La mayoría de las cosas que compramos que se tienen que armar, siempre vienen con instrucciones de ensamblaje, y éstas usualmente tienen un apartado de guía de solución de problemas. Rara vez usamos este apartado porque nuestro problema nunca es el que se describe ahí. ¡Resulta que somos mucho mejores para armar cosas que para arreglarlas! Y en las relaciones nos pasa lo mismo.

Somos buenos para iniciar relaciones, somos bastante buenos para mantener relaciones, pero cuando una relación se rompe o se vuelve incómoda, o hay ese silencio o esa distancia, a menudo no estamos seguros de qué hacer. Y entonces, tratamos de solucionarlo de la manera incorrecta y tendemos a: Convencer, Condenar, Coaccionar y Controlar.

Estas cuatro cosas tienen algo en común: el rechazo que siente el otro cuando las aplicamos. Y el rechazo cierra corazones, hace que las personas sean menos accesibles para nosotros emocionalmente y, en última instancia, socava nuestra influencia. ¿Pero sabes lo que todo el mundo quiere? Lo mismo que tú quieres: sentirse aceptado.

La mayoría de nosotros queremos reconciliarnos o queremos que las relaciones se arreglen con amigos y familiares, pero no nos gusta la tensión. No nos gusta vivir con la culpa o fingiendo. Pero una cosa es verdad: Somos tan felices como nuestras relaciones son saludables. Las relaciones rotas afectan nuestra salud mental, emocional y física.

Debemos hacer por los demás lo que Dios hizo por nosotros a través de Cristo en todas las cosas, incluidas nuestras relaciones. El Apóstol Pablo nos recordaría que: en nuestras relaciones unos con otros, tengamos la misma mentalidad y actitud que Cristo Jesús tuvo. (Filipenses 2:5)

Jesús fue la parte ofendida pero dio el primer paso para reconciliarse con nosotros. No se humilló y simplemente nos invitó un café. Se humilló a sí mismo tomando la forma de siervo y dando su vida por nuestros pecados. Dios estaba tan comprometido con la reconciliación y la reconexión contigo, que dio el primer paso a través de su Hijo para eliminar el obstáculo del pecado.

La reparación siempre empieza con nosotros, sin importar quién inició el alboroto.