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La vida de Elías: Fe en el Dios viviente

DÍA 3 DE 9

Cuando las bendiciones se secan

Pasados algunos días, se secó el arroyo, porque no había llovido sobre la tierra (1 Reyes 17:7).

Dios usó al profeta Elías para proclamar su palabra contra un régimen corrupto. El régimen era tan corrupto que después de su audaz anuncio (que se encuentra en 1 Reyes 17:1) quisieron matarlo. Entonces, Dios envió a su siervo a un lugar seguro junto a un arroyo que fluía, donde los cuervos lo alimentaron milagrosamente. Fue un tiempo de descanso, restauración y aprendizaje para Elías mientras Dios extendía su fe y su pensamiento a través de esos cuervos.

Luego llegamos al versículo 7 y encontramos que “pasados algunos días, se secó el arroyo”. No sucedió de repente; sucedió “pasados algunos días”. Podemos imaginarnos a Elías sentado junto al arroyo día tras día, observando que el nivel del agua descendía lentamente y la velocidad del flujo comenzaba a disminuir. Elías vio que el flujo del arroyo disminuía hasta que se secó. Su fuente de agua se había ido.

¿Por qué sucedió? Sucedió como resultado directo de sus propias oraciones. Léalo usted mismo: “porque no había llovido sobre la tierra”. Esta era la sequía por la que oró Elías. Quizás cuando oró por primera vez no sabía cómo la respuesta a la oración lo afectaría personalmente, pero ahora ciertamente lo sabía. No es fácil cuando la misericordiosa y justa respuesta de Dios a nuestras oraciones nos trae dificultades.

Sin embargo, no oró para que volviera a llover –ni siquiera para su propia supervivencia. Mantuvo el propósito de Dios en primer lugar, incluso cuando lo afectó negativamente.

Podemos considerar la experiencia de Elías como una ilustración de algo que muchos cristianos experimentan, lo que F.B. Meyer llamó “el arroyo seco”. Él escribió: “Ah, es difícil sentarse junto a un arroyo que se ha secado -mucho más difícil que enfrentar a los profetas de Baal en el Carmelo”. Meyer también mencionó diferentes tipos de arroyos secos que podríamos experimentar:

  • El arroyo seco de la popularidad, que se esfuma como el de Juan el Bautista.
  • El arroyo seco de la salud, que se hunde bajo una parálisis progresiva, o una consunción lenta.
  • El arroyo seco del dinero, que mengua lentamente ante las demandas de la enfermedad, las deudas incobrables o la extravagancia de otras personas.
  • El arroyo seco de la amistad, que por mucho tiempo ha ido disminuyendo y amenaza pronto con cesar.

Se necesita una gracia especial, una obra única del Espíritu de Dios, para ver el arroyo secarse frente a uno y soportarlo con paciencia piadosa. Nos gusta ver que las cosas pasen de un éxito a otro, de gloria en gloria, pero hay momentos en que Dios sabe que el arroyo seco es exactamente lo mejor para nosotros. Él no te llevó a ese lugar por ira o castigo; de hecho, podríamos decir que Elías tuvo que vivir junto a ese arroyo porque tenía una cercanía particular con Dios. La temporada del arroyo seco se convertiría en una temporada de educación superior y experiencia más profunda.

“¿Por qué Dios los deja secarse? Él quiere enseñarnos a no confiar en sus dones, sino en Él mismo”. (F.B. Meyer)

Si Dios te ha puesto junto a un arroyo seco, no lo desprecies –deae que haga su obra perfecta.

Basado en el Comentario Bíblico de Enduring Word de David Guzik.

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Acerca de este Plan

La vida de Elías: Fe en el Dios viviente

Elías, un profeta de Dios del Antiguo Testamento, vivió una vida de fe. La Biblia dice que era una persona normal como nosotros, pero oró oraciones enormes, ¡y Dios respondió! Elías vio la provisión milagrosa de Dios y escuchó su voz, pero también encontró dudas y desesperanza. ¡Este Plan de 9 días de David Guzik te animará a seguir el ejemplo de Elías y confiar en el Dios viviente!

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Nos gustaría agradecer a Enduring Word por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: http://es.enduringword.com/