El amigo de los pecadores

La mayoría de nosotros conocemos la parábola del hijo prodigo o hijo perdido, pero te has preguntado realmente ¿Qué quiso contarles Jesús a las personas que en ese momento lo estaban escuchando? Y ¿Qué quiso Jesús años después que aprendiéramos de esta historia?

Bueno… para comenzar es importante entender el contexto histórico y en la época que fue contada esta parábola.

Jesús era aborrecido y hasta odiado por los maestros de la ley o también conocidos como los fariseos, ya que en esos tiempos se decía que una persona “santa” no se debería relacionar de ninguna forma con personas pecadoras, pero Jesús era llamado “El amigo de los pecadores” Él se sentaba a la mesa con toda clase de personas, con publicanos, borrachos, prostitutas, asesinos, etc. Lo peor de lo peor según la Ley.

Es importante saber que en esos tiempos el termino sentar o sentarse a la mesa, significaba que tenias una relación cercana con esa persona, que eras su amigo, que había confianza. Por estas cosas los fariseos odiaban tanto a Jesús, no les cabía en la cabeza que alguien quisiera ser amigo de estas personas, porque ellos por todas las leyes que habían creado, los veían como personas inmundas, sin oportunidades y al ver que alguien traía una solución que iba en contra de todo lo que ellos enseñaban, literalmente le querían matar, ya que se sentían desafiados por las enseñanzas de Jesús.

En los próximos días veremos cómo esta parábola releva el verdadero corazón de Dios, el corazón del Padre.