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Desafío 6: CAMBIA LA TRADICIÓN POR EXPRESIÓN GENUINA

Romper con las tradiciones pareciera ser amenazante y no siempre se está disponible para llevar acabo tan osado desafío. No nos referimos a las tradiciones de la junta familiar en distintas festividades o al tradicional baile de los novios. ¡No!, esta propuesta es más profunda. Tiene que ver con esta idea, que hemos mantenido hace tiempo, referente a cómo rendimos adoración a Dios y a cómo le servimos.

Y si se trata de esto, ¡vaya que estamos cubiertos y amarrados de tradiciones! Tradiciones que se sostienen en la sentencia 'siempre se ha hecho asi', sin mayor reflexión, sin mayor intencionalidad.

La vida de fe no es un mero ritual repetitivo, es vida que fluye, en movimiento, es vida consciente.

No podemos hacer de la vida de fe un discurso mecánico, una repetición de palabras y cantos. La adoración es una expresión, sentimientos, es natural y los que somos parte de una comunidad de fe no somos piezas de ajedrez frías y distantes entre sí y manejados con la mano.

La adoración, el servicio, la oración, los cánticos, las lecturas han de ser plenamente conscientes e intencionadas. Antes que tú, Ana la madre del profeta Samuel lo comprendió y al orar solo movió sus labios aunque su corazón gritaba desgarrado.

Lo mismo entendió la samaritana, que no es el lugar dónde se haga culto sino que el culto se hace a cada hora y en todo lugar.

San Pablo lo recitó con fuerza cuando dijo que no es verdadero servicio el que se hace de memoria, sino el que se realiza plenamente consciente.

Ya es tiempo de preguntarte por qué hago esto o digo esto otro y, de asumir el desafío de romper con la tradición personal o familiar que te ha convertido en una montaña que repite el eco y no en un río cristalino que fluye constantemente, expresando de manera natural, espontánea, inteligente y sentidamente reconocimiento y servicio al Padre Eterno que tanto te ama.