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Desafío 7: CAMBIA LA AMARGURA POR FELICIDAD

Los días, años y estaciones pasan veloces, y por lo mismo, no hay tiempo para vivir en el charco insalubre de la amargura, pudiendo escoger nadar en el lago de la alegría.

Al conflicto le resulta más fácil flotar en ese charco, dejando que crezcan las plantas acuáticas del rencor, odio y resentimiento y se cubra con ellas la poca o nada de agua que se ve.

Es un hecho muy contradictorio, pero creo que si te acostumbras a vivir en ese hábitat pensando que es lo correcto, no conocerás nunca el agua cristalina del gran lago de la alegría; agua que te permite ver lo oscuro del fondo, pero no te impide disfrutar de la vida.

Debes tener en claro que siempre se presentarán problemas, pero la manera de abordarlos es lo que garantiza mantenerte feliz.

¿Por qué en vez de enojarte y quejarte por todo no disfrutas del privilegio de enfrentar esos detalles? Detalles que te harán más fuerte y que mostrarán la bondad del Padre Eterno sobre tu vida.

No mal interpretes esto, no se trata de no llorar ante una pérdida, dolor, o decepción. Se trata más bien de no permitir que ese momento se extienda a perpetuidad en tus emociones, porque la noche no dura toda la vida y tras las densas nubes oscuras, brila el sol.

Haz de tu vida un festival, contagia a tu familia, no des lugar para que las amarguras echen raíces. Empápate del agua de ese gran lago llamado alegría, confía de verdad que Dios está al mando por muy oscuro que se vea.

¡Cree, disfruta, sé feliz!