ADORA EN EL DOLOR - PARTE I

Si alguien sabe de pérdida y dolor, es Job. En dos días lo perdió todo; sus hijos, sus bienes y su salud.

Para el 2008, yo pensaba que Dios me había cambiado el nombre de Glenda Liz a Job. Fue uno de mis peores y mejores años de mi vida. Sí leíste bien, fue el peor y también el mejor. Te explico por qué.

En el 2008, me enteré que iba a ser mamá por primera vez. Una gran sorpresa pues, no estábamos buscando tener hijos para ese entonces. Fue una gran alegría para todos, en especial para mi mamá. Mi madre venía batallando con cáncer desde hacía casi un año y estaba teniendo una mejoría.

Al poco tiempo de la noticia me llama mi hermana mayor para contarme que a mi hermano le encontraron cáncer terminal en los pulmones, no le daban mucho tiempo de vida. ¿Cómo le iba a contar a mi mamá tan mala noticia? Tratamos de no decirle a mi mamá pero no pudimos ocultarlo por mucho tiempo. Yo oraba con todas mis fuerzas para que Dios hiciera un milagro, pero el milagro nunca llegó. Mi hermano murió y 5 meses después muere mi mamá. Te recuerdo que todo esto pasó mientras estaba embarazada. De hecho, mi mamá murió y 5 horas más tarde nació mi hija.

Te podrás imaginar mi dolor, mas solo aquel que pasa por una situación así sabe realmente cómo duele. Llegué a odiar a Dios, no quería que me dijeran que Dios sanaba ni que Dios era bueno. ¡A mi nunca me escuchó! ¡El cielo estaba cerrado para mí! Un día en oración al Señor me estaba desbordando en reproches hacia Él y le decía lo traicionada que me sentía. Le había entregado mi vida desde los 12 años y era tan fiel a Él y que esto me sucediera no era aceptable para mí. En mi reproche sentí como Su amor me abrazó: “Hija estoy aquí, todo estará bien”.

De un momento a otro mi oración de reproche cambió y una alabanza salió de mi corazón. ¡Comencé a sentir un amor tan fuerte! Fue la primera vez que entendí la importancia de adorar en medio del dolor. No sané de la noche a la mañana pero mi actitud cambió y aún rota y con preguntas decidí adorar a Dios aunque no entendiera mi proceso.

Si estás pasando por una prueba, no necesitas entender, ni tener claro el porqué; solo adora y verás como tu atmósfera cambia.