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Un Corazón en El DesiertoMuestra

Un Corazón en El Desierto

DÍA 3 DE 5

La sequía espiritual llega a nuestros corazones cuando bebemos de fuentes contaminadas en lugar de beber de los ríos de agua viva de Dios, que rebosan y están disponibles para nosotros.

La realidad del pecado en nuestra vida es algo compleja, pero resulta necesario que lo entendamos. Lo primero que debes considerar es que el pecado es un problema de amor. Nosotros pecamos porque amamos pecar, y esto es verdad por duro que parezca.

Si el pecdo no nos fuera atractivo, entonces no tendría poder sobre nosotros. Esa es la razón por la que la Biblia nos enseña que somos tentados por nuestras propias pasiones internas (Stg 1:14). Cuando pecamos no es porque no amamos a Cristo, sino porque amamos otras cosas por encima de Él.

Pecamos debido a que otro amor domina nuestro corazón, pero es un amor que hiere, ofende a Dios, nos daña y finalmente nos vuelve más sedientos. El pecado nos lleva a lugares de desierto espiritual.

El pecado puede llevarnos al desierto por largos períodos de tiempo, haciéndonos beber de otras fuentes insalubres que jamás nos saciarán y solo terminan alejándonos cada vez más del Señor. Y mientras más lejos estamos de Él, más débiles nos volvemos en términos espirituales.

Todo lo creado tiene la intención de señalarnos al Creador, no de hacer que nuestro corazón encuentre su total plenitud en ello. Cada vez que amamos a lo creado en lugar de al Creador, estamos amando algo por encima de Dios. Eso, sin importar lo que sea, es pecado.

¿Hay algo en tu vida que estés amando más de lo que amas a Cristo? ¿Existe algún área de pecado en la que hayas decidido persistir?

Sin importar cuál sea la práctica de pecado en la que nos encontremos, lo que necesitamos es ir delante de Dios en arrepentimiento, pidiéndole al Señor que nos perdone, restaure y nos regrese a la dirección correcta que glorifica Su nombre.

Jesús nos llama a acercarnos a pesar de nuestro pecado. Él es Aquel que aun en medio de nuestras peores faltas, en medio de nuestros pecados más horrendos y aun cuando todos los demás nos han dado la espalda, nos mira, nos llama por nuestro nombre y nos invita a estar con Él, ofreciéndonos Su perdón. Solo Jesús sacia, solo Él nos llena, pues solo en Él nuestras almas pueden estar completas y con ríos de agua viva corriendo en ellas.

Día 2Día 4

Acerca de este Plan

Un Corazón en El Desierto

En medio de la sequía espiritual de nuestras almas tenemos esperanza en Jesús, Aquel que puede hacer correr ríos de agua viva en nuestro interior una vez más.

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Nos gustaría agradecer a Paty Namnún por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://linktr.ee/PatyNamnun