Un Corazón en El DesiertoMuestra
Todos estamos sedientos. A pesar de que no lo sentimos igual en cada momento, dentro de cada ser humano hay un deseo de algo más que está fuera de este mundo y que nada material puede suplir, hay una sed espiritual que necesita ser saciada.
Nuestras almas anhelan y buscan el bienestar y la paz. Queremos vidas plenas y llenas de satisfacción y tranquilidad, queremos sinceramente saciar la sed de nuestros corazones. El problema es que solemos hacerlo en lugares y a través de medios equivocados.
Solemos caer en la trampa de pensar que nuestras vidas estarían completas si tan solo tuviéramos aquello que deseamos. «Si las cosas alrededor de mí cambiaran, ya hubiera salido de este desierto espiritual».
Sin embargo, lo que Jesús nos dice hoy, es que nada que esté allá afuera, nada creado o material, puede saciar la sed que tenemos en lo más profundo de nuestro ser. No hay nada fuera de Él que pueda darnos la plenitud que tanto buscamos en nuestra vida.
Mientras sigamos buscando nuestra salvación en todo aquello que no es Jesús, nuestras almas seguirán secas y nuestra permanencia en el desierto no tendrá fin. Nuestra fe no debe estar en nosotros mismos, nuestros logros, familia o apariencia. Nuestra sed no será saciada al obtener eso que tanto anhelas, porque lo cierto es que nada, absolutamente nada creado, podrá salvarte del desierto de tu corazón.
¿Dónde has estado buscando saciar tu sed?
Jesús es el único Salvador porque es Dios hecho hombre, quien pagó en la cruz del Calvario por nuestra liberación y la satisfacción de nuestra sed. Si ponemos nuestra fe en Él, sin duda terminaremos saciados. Y Jesús también es el único que cuando le fallamos nos extiende Su gracia y nos otorga Zu perdón. No hay nadie más que pueda saciarnos. No hay nadie más que se haya dado por completo por amor a nosotros.
No importa el lugar en el que te encuentres ahora mismo. No importan los caminos que hayan terminado llevándote a lugares de sequía o las voces llenas de mentiras que hayas estado escuchando durante mucho tiempo. No importa dónde hayas estado tratando de saciar tu sed, Aquel que genuinamente puede saciarte sale a tu encuentro y se ofrece a Sí mismo como el Agua Viva.
¡No busques más y corre a Él! Hay esperanza en medio de tu desierto espiritual, porque Jesús es el manantial del que podemos beber para nunca más tener sed. Y a la vez nos dejará deseando más y más de Él hasta que llegue el día en el que veamos el rostro del Padre en el Agua Viva que se hizo hombre por amor a nosotros y tuvo sed para saciar la nuestra.
Para más información, visita "Un Corazón en el desierto".
Adaptado de: “Un Corazón en el Desierto”. Paty Namnún. Copyright©2021. Publicado por Grupo Nelson.Todos los derechos reservados.
Escrituras
Acerca de este Plan
En medio de la sequía espiritual de nuestras almas tenemos esperanza en Jesús, Aquel que puede hacer correr ríos de agua viva en nuestro interior una vez más.
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Nos gustaría agradecer a Paty Namnún por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://linktr.ee/PatyNamnun