Decimos que confiamos en Dios, pero ¿CONFIAMOS?Muestra

Ayer hablamos de algunas razones por las cuales deberíamos confiar en Dios. Muchas veces tenemos ganas de hacerlo, pero hay algunas trabas u obstáculos en el camino que nos impiden descansar en Él.

Dos obstáculos que nos impiden confiar en Dios.

✘ Aferrarnos a las cosas terrenales. Cuando miramos la vida con ojos terrenales, allí ponemos nuestro objetivo. Queremos una vida llena de lujos y placeres, dinero ilimitado, fama y reconocimiento público, y libre de enfermedades o cualquier cosa que nos traiga dolor, sufrimiento, pobreza, inestabilidad financiera, etc. El problema es que según lo que miremos, es como vamos a definir el rumbo de nuestra vida. Si tu prioridad es el dinero, tu propósito en la vida será tener cada vez más dinero. Si tu prioridad es tener una salud libre de enfermedades, siempre vivirás asustado en un hospital. En Mateo 6:19-21 Jesús dice: «No almacenes tesoros aquí en la tierra, donde las polillas se los comen y el óxido los destruye, y donde los ladrones entran y roban. Almacena tus tesoros en el cielo, donde las polillas y el óxido no pueden destruir, y los ladrones no entran a robar. Donde esté tu tesoro, allí estarán también los deseos de tu corazón» (NTV). Jesús debe ser lo más importante en nuestra vida. Si vivimos para Él, y tenemos puestos nuestros ojos en Jesús, las demás cosas no importarán. No quiero decir que la familia no es importante, que el dinero y la salud tampoco lo sean; pero cuando entendemos que estamos aquí gracias a Dios, nuestras metas y objetivos estarán enfocadas en Él, y lo demás pasará a un segundo plano de importancia. «Ya que han sido resucitados a una vida nueva con Cristo, pongan la mira en las verdades del cielo, donde Cristo está sentado en el lugar de honor, a la derecha de Dios. Piensen en las cosas del cielo, no en las de la tierra. Pues ustedes han muerto a esta vida, y su verdadera vida está escondida con Cristo en Dios» (Colosenses 3:1-3, NTV). Dejemos de mirar las cosas terrenales, todas ellas son temporales, por lo tanto tienen fin. Pero si nos concentramos en Jesús, y lo miramos solo a Él, podremos vivir tranquilos porque Él nunca falla. El dinero se acaba, las personas lamentablemente, tarde o temprano morirán, la salud no es eterna, pero Jesús sí lo es. Sostente de Él, y nunca caerás.

✘ Preocupación y ansiedad. Este punto está relacionado al anterior. Nos aferramos a las cosas porque vivimos preocupados de que se “acaben”. La ansiedad es el sentimiento más dañino que conozco. Si lo experimentaste, entonces estarás de acuerdo conmigo. Basta con permitir que un pequeño pensamiento de miedo por el futuro ingrese a tu cabeza, y te verás envuelto en una intensa angustia. La Biblia aconseja: «No se preocupen por nada; en cambio, oren por todo. Díganle a Dios lo que necesitan y denle gracias por todo lo que él ha hecho. Así experimentarán la paz de Dios, que supera todo lo que podemos entender. La paz de Dios cuidará su corazón y su mente mientras vivan en Cristo Jesús» (Filipenses 4:6-7, NTV). Este es un versículo excelente para memorizar, y recordar en aquellos momentos en los que la preocupación y la ansiedad golpean a tu puerta. No permitas que ingresen y comiencen a trabajar en ti. En ese momento ora a Dios, Él quiere ayudarte con las cargas de tu corazón.

«… quitémonos todo peso que nos impida correr, especialmente el pecado que tan fácilmente nos hace tropezar. Y corramos con perseverancia la carrera que Dios nos ha puesto por delante. Esto lo hacemos al fijar la mirada en Jesús, el campeón que inicia y perfecciona nuestra fe...» (Hebreos 12:1-2, NTV).