Ya No Soy Esclavo, Soy HijoMuestra
Te invito en este momento a reconocer la condición en la que estabas. Analiza y mira la vida que tenías antes de conocer a Cristo. Una vida sin propósitos más que el de conseguir una estabilidad económica, social o familiar. Una vida llena de dudas, temores, dolor, ansiedad, depresión, una vida en esclavitud, esclavos al dinero, a placeres, a vicios, a personas, esclavos del mundo (Gálatas 4: 8). Es en este momento dónde entendemos que la salvación adquirida por la Sangre de Jesús es el regalo más hermoso, invaluable, incomparable e inmerecido que se nos pudo haber dado (Efesios 2: 8). Un regalo que nos trajo libertad, nuestras cadenas fueron rotas y fuimos llenos de Su espíritu. No permitas que se te quite aquello que ya has recibido de la mano de Jesús, el mundo querrá poner pensamientos desligados de la fe, confundir tu mente con el objetivo que retrocedas para que no aceptes la libertad que el Señor ya te concedió. Cuando Jesús murió en la cruz, cambió tu condición de esclavo por hijo y así como hijo de Dios también heredero (Gálatas 4: 7). Pues te amó en gran manera, te amó tanto que decidió entregar Su vida por la tuya, pagó el precio más alto que se puede pagar. Fue Él quien te rescató y perdonó todos tus pecados. No sigas viviendo sometido a la esclavitud de este mundo cuando Jesús ya te hizo libre (Colosenses 1: 13-14). Siente, piensa y vive como Jesús quiere, como un hijo e hija de Dios.
Acerca de este Plan
Sin Cristo éramos esclavos de los principios espirituales básicos de este mundo, nuestra alma sometida a sus deseos y limitada a una vida natural sin propósito, pero hay quien ha pagado un precio por nuestra vida... Jesús, Él quiere romper las cadenas y sacarnos de la condición de esclavitud en la que el mundo nos tenia, pues con el precio que pagó ya no somos esclavos, somos hijos de Dios.
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Nos gustaría agradecer a Roberto Steven Ojeda Sánchez por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://youtube.com/channel/UC-qr2-1H_tK_NLGwJr25bcQ