Él nos llama por nuestro nombre

"Ahora, oh Israel, el Señor, quien te creó, dice: ¡No temas, pues yo te rescaté, yo te llamé por tu nombre, eres mío!" (Isaías 43:1).

Cuando José estaba en la cárcel, dice la Palabra de Dios, halló gracia delante de las personas que estaban ahí. Es más, el Señor lo expuso para que pueda ver cómo de la cárcel iba a ser segundo en la tierra del faraón y gobernaría en la tierra donde fue afligido.

Dios rescató a José de morir en una cárcel, de ser olvidado. Pero sobre todo, rescató a José desde el momento que le dio los sueños porque sabía todo lo que iba a transitar. Pero Él se aseguraría que todo cumpliría un propósito: mostrar el amor que Dios le mostró a Él y el salvar a sus hermanos y a su familia de una hambruna segura.

El camino que nos toque caminar, si ven no será fácil, y no lo ha sido, pero es en el trato que aprendemos a conocer a Dios, aprendemos a depender más de Él.

Hoy, cualquiera que sea el valle de dolor que estés pasando, solo quiero decirte que Dios no se ha olvidado de ti. Aunque a veces Su silencio nos hace creer eso, ten la seguridad que Él esta ahí contigo, te ama, y va caminando contigo al paso que puedas caminar, pero te guiará en medio del desierto, en medio del dolor, en medio de la aflicción, al cumplimiento de Su propósito en tu vida.

Recuerda esta promesa vigente desde la eternidad hasta la eternidad:

"Aun cuando atraviese el negro valle de la muerte, no tendré miedo, pues tú irás siempre muy junto a mí. Tu vara de pastor y tu cayado me protegen y me dan seguridad" (Salmo 23:4).