Los primeros regalos de Navidad

Por Danny Saavedra

"Cuando llegaron a la casa, vieron al niño con María, su madre; y postrándose lo adoraron. Abrieron sus cofres y le presentaron como regalos oro, incienso y mirra"" (Mateo 2:11 NVI).

Hoy, vamos a ver cada regalo que los sabios le dieron a Jesús.

Oro

Prácticamente, este regalo haría posible que la familia de Jesús se embarcara en una aventura. Todavía no lo sabían, pero Dios estaba a punto de llamarlos a mudarse a Egipto (Mateo 2:13), lo que sería un gasto que José y María no podrían haber cubierto con sus propios medios. Pero Dios, sabiendo que esta necesidad vendría, proveyó el oro para hacer posible que ellos avanzaran en Su voluntad para continuar con sus vidas.

Además, ¡este era el regalo perfecto para el Rey! Sólo un regalo de máximo valor sería apropiado para el Rey con la mayor autoridad, por esto le dieron a Jesús el regalo de oro. Al dar este regalo, los sabios estaban haciendo una profunda declaración de que veían, aceptaban y se sometían a Jesús como el máximo poder y autoridad en la Tierra. Su oro no era más que un pequeño reflejo de Su valor superior, pero al mismo tiempo era lo más cercano que podían ofrecer para honrar Su majestad y supremacía.

Incienso

Este don fragante tiene un significado precioso en la vida de Cristo que no debemos perdernos. La singularidad del incienso hizo que se vinculara a las actividades sacerdotales, ya que estos quemaban incienso como parte de sus deberes regulares. El incienso se quemaba en el tabernáculo y el templo como una representación de las oraciones del pueblo de Dios ascendiendo a Él (Salmo 141: 2). Este aroma sirvió como un punto sensorial de contacto entre la gente y su Dios. Entonces, al dar este regalo en particular, los sabios estaban reconociendo que, además de ser un rey, Él era un Sacerdote, un sacerdote eterno, porque cuando Jesús murió en la cruz y ascendió al cielo, nunca dejaría de interceder por la humanidad en la presencia misma de Dios (Hebreos 7:25). Incluso en este mismo momento, casi dos mil años después de Su crucifixión, resurrección y ascensión, Jesús es el mediador que representa a Dios ante la humanidad y la humanidad ante Dios: "Porque hay un solo Dios y Mediador entre Dios y los hombres, Jesucristo hombre" (1 Timoteo 2:5).

Mirra

Al igual que con los regalos de oro e incienso, este regalo apunta a algo significativo acerca de Jesús. Una sustancia fragante utilizada con fines medicinales, la mirra podría aplicarse a heridas o incluso cadáveres para retrasar el proceso de descomposición.

Mientras Jesús estaba siendo crucificado en la cruz, la mirra fue mezclada con vino y entregada a Jesús. Es muy probable que los que allí se encontraban hicieron esto para sedar a Jesús. Pero notemos cómo Jesús se negó a beberlo, no queriendo disminuir la severidad del dolor y el castigo por nuestro pecado. También hay otra mención de mirra durante este tiempo que no podemos perdernos: "José de Arimatea … le rogó a Pilato que le permitiera llevarse el cuerpo de Jesús, y Pilato se lo permitió. …Tomaron el cuerpo de Jesús y lo envolvieron en lienzos con especias aromáticas, como acostumbran los judíos sepultar a sus muertos" (Juan 19:38–40 RVC).

¿Puedes ver el significado de este regalo de mirra? Si el oro indica que Él es Rey y el incienso revela que Él es nuestro Sumo Sacerdote eterno, ¿qué señala la mirra? ¡Anticipa el hecho de que Él iba a sufrir y servir como nuestro sacrificio por nuestro pecado!

Al reflexionar sobre lo que significan estos regalos en relación con la Navidad y a Quién celebramos en Navidad, ¡nunca olvidemos el regalo que recibimos en Navidad! Juan 3:16 nos dice que Dios dio a Su único Hijo para que todos los que creen en Él reciban el regalo de la vida eterna.

Pausa: ¿Por qué es tan importante cada regalo que le fue dado a Jesús? ¿Qué te muestran acerca de Su naturaleza y Su obra?

Practica: Esta semana, dale a alguien un regalo que represente directamente lo que él o ella significan para ti. Luego, ¡comparte con ellos cómo el don de la gracia a través de Jesús es para ellos!

Ora: Padre, amo Tu Palabra. Me encanta ver cómo has enlazado todo junto, cómo incluso los regalos dados por los reyes magos apuntan al evangelio y la gloria de Tu Hijo Jesús. ¡Gracias por el regalo de la salvación, y gracias por Tu Palabra! Amén.