¡Sé tú!*Muestra

Sé tú* (Parte 6)

La Biblia nos dice con frecuencia: “¡Sé tú!”. Sé el único tú que Dios te hizo ser y asegúrate de recordar el asterisco, los términos y condiciones que Dios aplica. Nadie hace eso como lo hizo Jesús.

Jesús era absolutamente Él mismo. Cuando Su familia quiso que se calmara de Sus pretensiones de ser el Mesías, no se conformó con sus deseos sino que fue fiel a Sí mismo. Cuando los fariseos le exigieron cambiar Su mensaje, Jesús respondió, insistiendo en ser el Hijo Unigénito del Padre en una misión única para salvarnos de nuestros pecados.

Pero todo el tiempo que Jesús estuvo siendo únicamente Jesús, recordó los términos y condiciones de Dios. Era humilde, desinteresado y constantemente obediente a la voluntad de Su Padre. Pablo lo resumió bien: “Quien, siendo en forma de Dios, no estimó el ser igual a Dios como cosa a que aferrarse, sino que se despojó a sí mismo y tomó forma de siervo, y se hizo semejante a los hombres; y estando en la condición de hombre, se humilló a sí mismo y se hizo obediente hasta la muerte, y muerte de cruz” (Filipenses 2:6-8).

Tú y yo necesitamos un Salvador así. Es difícil ser uno mismo, incluso más difícil recordar ser humilde y desinteresado, pero la vida y muerte de Jesús son nuestra constante fuente de perdón y esperanza. ¡Gracias Dios porque Jesús siempre fue Jesús!

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