Pero Dios es mi ayudador.

Pero Dios es mi ayudador; ¡el Señor me mantiene con vida! (Salmos 54:4).

Podemos confiar en que Dios nos ayuda siempre porque Él está con nosotros cada momento y ha pensado para nuestro bien, con un futuro y una esperanza. No encontrarás a nadie mejor como tu ayudador porqué Él conoce todo de ti, todo lo que necesitas, cada uno de tus anhelos y sueños.

¿Alguna vez te ha negado alguien su ayuda? Quizá las personas te puedan fallar y no recibas esa ayuda que necesitas de parte de ellas. “Pero Dios” nunca te fallará Él es tu ayudador en todo momento, Él siempre está dispuesto. Y, aunque aveces queremos que la ayuda llegue de inmediato y no resulta así, Él siempre llega a tiempo ni antes ni después porque en Dios todo es perfecto para que se cumpla Su voluntad y el propósito de cada situación en la que necesitas de Su ayuda. Tal vez la tardanza se debe a que tu fe o tu paciencia tienen que crecer y así puedas confiar y estar seguro que la ayuda vino de Dios y le des la gloria y honra solo a Él.

Cuando Amán quiso acabar con el pueblo Judio y con Mardoqueo, la ayuda de Dios no llegó de inmediato, Ester y todo el pueblo estuvieron en ayuno y oración por tres días para que ella pudiera presentarse delante del rey y exponer que Amá, al ordenar la muerte de los judios, también estaba ordenando su muerte y la de Mardoqueo el hombre que en una ocasión había evitado que mataran al rey.

Pero Dios le dio gracia a Ester para presentarse delante del rey y la escuchara. Dios siempre está dispuesto a ayudarnos en todo momento o circunstancia solo que nosotros a veces acudimos a Él después de haber buscado la ayuda en otras personas o cosas antes que en Él.

Recuerda cada vez que necesites ayuda que Dios es tu ayudador, pon tu mirada en Él antes que en cualquier otra persona o cosa, Él es el Señor de lo imposible, ¿Habrá algo en lo que no pueda ayudarte?

¡Claro que no! Te ama y te ayudará dándote lo que necesitas y es mejor para ti.

Pensando en...

Al mirar el final del camino yo anhelo haber sembrado amor en el corazón de mis seres queridos y de aquellos que me hayan conocido. Perdón si a alguien he ofendido, una sonrisa al recordarme, un pensamiento que traiga alegría.

Grandes y bellos recuerdos, pequeños detalles que vengan a tu mente al escuchar mi nombre. Espero haber compartido contigo a mi Señor Jesucristo y que tu vida le hayas entregado. Espero haber vivido, haber servido que al pensar en mí tus sentimientos sean de paz de amor y bendición.

Mi anhelo más grande es ser reflejo, es dar lo mejor, es vivir y caminar haciendo Su voluntad. Qué por dónde he pasado, que quién conmigo ha hablado yo haya podido ser de bendición, haber servido, de Jesús ser testigo, haber dado consuelo, algún buen consejo un abrazo sincero y el amor de Cristo con todos los que pude haber hablado.

Que al final del camino lo que sembré sea una gran cosecha de amor y bendición de paz y alegría, porque Jesús de la mano me llevó.

Oración.

Dios mío Tú siempre estás dispuesto a darme lo mejor, yo necesito recordar que al acercarme a Ti puedo recibir Tu ayuda y Tu bendición porqué Tú me amas y siempre estás obrando en mi vida. Hoy quiero poner mis necesidades y anhelos en Gus manos para que Tú seas mi ayudador y todo me salga bien, gracias porque Tú nunca fallas, no me dejas ni me desamparas. En el nombre de Jesús, amén.