Con Las Manos VacíasMuestra

“La obediencia trae recompensa”

La motivación para obedecerle al Señor, no debe ser la recompensa que vamos a recibir, porque no hay mayor recompensa que poder estar alineados a su voluntad y sabernos confiados en sus propósitos. Sin embargo, es evidente que cuando determinamos dar esos pasos de fe que nos cuestan, pero que aunque nos cuestan los damos por amor a nuestro Padre, la recompensa y los beneficios no se hacen esperar, tarde que temprano llegarán a nosotros por la buena y favorable voluntad del Señor.

Ten la plena certeza de que cuando dejas, sueltas o rechazas algo por obediencia al Señor, por agradarlo a Él, así lo que rechaces, dejes o sueltes te genere pérdidas e incluso sufrimiento; el Señor no lo va a dejar sin recompensa, Él con seguridad se va a glorificar y te hará saber que lo que hiciste por amor a Él, ese paso de obediencia que diste será el instrumento que use para bendecirte de maneras inimaginables; Él traerá algo mucho mejor que aquello que dejaste por amor a Él, Él te hará saber que tu obediencia es mayor que lo que Él puede y quiere entregarte, entonces gozarás de mayores e inesperados beneficios que te saciarán y te llenarán del verdadero gozo y bienestar que solo puedes obtener de su parte. Disfrutarás de su providencia porque estás enfocado en la fuente y no en los beneficios que recibes de la fuente. Cuando tú obedeces al Señor, le estás haciendo saber que Él es tu todo, que en Él confías, que solo lo quieres a Él. Esta es la forma en que podrás andar en paz y totalmente confiado en que es el Padre quien te cuida y te sustenta.

La obediencia a Dios trae recompensa, la recompensa de saberte seguro en sus brazos, protegido en su presencia y respaldado por su gracia. Cuando agradas a Dios, haciendo a un lado tus necesidades, tus deseos y anhelos; rechazando por amor a Él, lo que los reyes de este mundo o el mundo te ofrece, Él te bendecirá con mayores beneficios. Él se hará notar en tu vida a través de su poder y de su gloria. ¡Créelo!

Decir: "Creo en Dios," sin soltar lo que te genere la mínima seguridad y estabilidad, no es creerle, Él quiere que dependas totalmente y absolutamente de Él; para ello, es necesario que te quedes con las manos vacías. Solo así, podrás confirmar la manifestación del poder de Dios sobre ti, porque de la nada, Él hará algo mucho más grande de lo que imaginas y te dará algo mucho mejor que aquello que temías perder porque te generaba "seguridad". Dios es experto en hacer milagros de la nada, en llenarte cuando no tienes nada en las manos, cuando confirma que tu seguridad está en Él y en su Hijo Jesús.