Él nos entiende. ¿Quién dijo Jesús que era?Muestra

#5 Jesús se trata de la vida verdadera.

Juan 15

¿Qué se necesita para vivir una vida maravillosa?

Algunos dicen que se necesita dinero. Mucho dinero.

Algunos dicen que se necesita belleza. Cuanto más joven y más en forma, mejor.

Algunos dicen que se necesita tener un sentido de propósito: lograr tus metas conduce a una gran vida.

O que se necesita sentirte seguro de ti mismo o satisfecho con tu vocación. Eso es la vida verdadera.

La verdad es que no puedes crear una buena vida para ti mismo. Pregúntale a cualquiera que tenga el dinero… o la belleza… o el prestigio o la reputación. Pregúntales si son felices, si han encontrado el secreto.

Lamentablemente, las noticias hoy en día están plagadas de personas que creíamos que lo tenían todo y que lo abandonaron todo en un instante.

Jesús no quería que sus estudiantes se rindieran. Por lo tanto, la noche antes de morir, les presentó otra imagen de quién decía ser. Él dijo: «Yo soy la vid verdadera» y les dijo, vine para que puedan vivir la vida más vibrante y fructífera posible.

Vivir la vida al máximo, la vida llena de frutos… En su corta vida, Jesús sabía exactamente cómo era esto. Su declaración de propósito personal fue: «yo he venido para que tengan vida, y la tengan en abundancia».

Y así lo hizo. A la gente le encantaba estar con él y hacían todo lo posible para estar cerca de él. Caminaban por millas solo para escuchar lo que tenía que decir. Lo invitaban a sus fiestas. Se reían con él. Dondequiera que Jesús iba, estaba allí en plenitud. A veces divertido. A veces compasivo. Pero siempre personal.

Jesús llamaba a la gente por su nombre. Escuchaba sus historias. Respondía a sus preguntas. Visitaba a sus parientes enfermos y ayudaba a sus amigos enfermos. Pescaba con pescadores y almorzaba con los deprimidos. Hablaba, sentía y trabajaba junto a la gente.

Cuando dijo: «Yo soy la vid verdadera», describió la vida en toda su plenitud. Imagínate el vino siendo vertido en la copa y uy, uy, ¡se está desbordando! Él es la vid verdadera, no artificial. «Ustedes son las ramas», agregó. Las ramas extraen la vida de la vid y hacen crecer la fruta.

¿Qué significa realmente vivir? Hacemos que sea complicado, pero en realidad no lo es. Es estar apegado a Jesús y extraer nuestra vida de la suya. Y así poco a poco, nuestra vida empieza a parecerse a la vida increíble de él.

¿Cómo sucede esto? Jesús describió el proceso en una sola palabra: permanecer. ¿Ves cómo se asemeja a la palabra «permanente»? Permanecer es sentirse como en casa en Jesús. No es una relación de vez en cuando sino permanente; él es donde tú vives ahora.

Él es el viticultor, que extrae lo mejor de las ramas. Él es la raíz de la vida, que les alimenta salud y abundancia. La gente mira el fruto de nuestras vidas y pregunta: «¿Quién maneja este viñedo?» Cultivar fruta es lo que conduce a la vida más satisfactoria. Es lo que hace que la vida sea desbordante.

Seguro, puedes intentar cultivar fruta por tu cuenta, pero ¿no estás cansado de no poder?

En cambio, Jesús nos invita: estate en casa conmigo. Siéntete cómodo con Él. Siéntete libre de ser tú mismo. Conoce su corazón y sus maneras. Descansa en Él, encuentra tu sustento en su mesa. Aférrate a Él por todo lo que es bueno y hermoso. Y crece.

¿Y qué resultará? Una vida increíble. Él lo prometió.