En el valle de sombraMuestra
Como te había mencionado en el día anterior de devocional, me gustaría contarte un poco de mi proceso y momentos en los que la soledad fue un reto total a superar, y cómo, a través de este valle de sombra, se conoce mucho más del amor y misericordia de Dios.
Cuando yo era niña, la mayor parte de mi infancia la pasé sola. Claro que tenía personas a mi alrededor, pero no tenía mi hogar completo. Mi padre murió cuando yo tenía 2 años; nos dejó a mi hermana de casi 10 años y a mi mamá de menos de 30 años. Crecí en un hogar cristiano. Mi abuelita siempre nos enseñó a amar a Dios por sobre todas las cosas. También nos enseñó a honrarlo, a adorarlo e incluso a servirle. A medida que pasaron los años, conocí más de Jesús. Después de varias experiencias, todos aquellos momentos de soledad empezaron a reflejarse en los pensamientos, sentimientos y acciones de mi juventud.
Hoy, quiero compartirte esto por dos razones:
1. Es necesario entender y aceptar que todos pasamos momentos en los que nos encontramos en soledad, y que eso es parte del crecimiento y madurez espiritual que tendremos conforme pase el tiempo.
2. En medio de esos momentos, la cercanía y relación con Dios son clave para evitar que cualquier acción nos aleje de Él a causa de nuestras circunstancias.
Sé que no todas las personas han perdido físicamente a su papá o mamá, pero sé que, sin necesidad del fallecimiento de alguno de sus progenitores, existe más de un hogar en los que sus papás han estado ausentes, y puedo entender a aquellas personas que tienen un vacío a causa de esto. Incluso existen vacíos de padres que estando físicamente en un mismo hogar están alejados emocionalmente de sus hijos.
- Ahora bien, "ACEPTAR" conlleva morir a uno mismo, permitirnos sentir esas emociones y ese vacío, pero NO dejar que eso gobierne y tome control de nuestra vida.
- Empezar a realizar cualquier acción equivocada que nos aleje de Dios puede ser consecuencia de nuestras vivencias diarias (problemas), y sobre todo cómo decidimos afrontar esas circunstancias; el descuidar nuestros tiempos de oración y permitir cosas que entren a nuestra vida que no edifican nuestro espíritu puede incitarnos a decidir algo que no va de acuerdo a la voluntad de Dios. Estos distractores pueden ser: contenido pecaminoso de redes sociales, amistades que no tienen las mismas convicciones que nosotros, acudir a personas equivocadas con el fin de recibir un consejo para poder calmar nuestra aflicción; y lo único que conlleva es nuestro alejamiento de la presencia de Dios.
Medita qué cosas han sido distractores en tu vida que no te ha permitido tener una relación profunda con Dios. Pídele a Dios que te muestre aquellos momentos en los que sentiste soledad y qué cosas necesitas sanar para seguir cumpliendo para el reino de Dios, sin ataduras, sin cadenas, sin resentimientos, sin actos pecaminosos; y te permita vivir la eterna libertad en Dios.
Hoy, quiero transmitirte que Dios me consoló. De igual manera lo hará contigo, no importa lo que estés pasando, la crisis que estés atravesando; Dios vela por Sus hijos, aquellos con el corazón quebrantado, aquellos que en Él confían y en aquellos que en Él esperan. Dios se muestra de maneras inexplicables, nunca olvidaré cuando, en medio de las noches de tristeza y llanto, en medio de la oración, sentía Su abrazo, Su paz, Su consuelo. Puedo dar FE de que Él sí se manifiesta, pero debes buscarlo con todo tu corazón, y Su presencia vendrá.
Escrituras
Acerca de este Plan
Los sentimientos de soledad mal llevados pueden apagar el propósito que Dios planificó para ti. Soltar toda amargura y optar por la libertad eterna es una decisión personal. Tomar en cuenta a Dios en todos nuestros caminos nos asegurará una vida de plenitud y respaldo del Espíritu Santo. Aprenderemos a soltar todo aquello que no nos permite ver la gloria de Dios y reconocer la verdadera dependencia del Padre.
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Nos gustaría agradecer a Andrea Carolina Jacho por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://linkbe.me/AndreaCarolina