En el valle de sombraMuestra
El tiempo de adversidad es una oportunidad, aunque no podamos verlo; es un medio para el crecimiento espiritual que necesitamos como hijos de Dios y para una transformación en nuestro corazón y carácter. En mi caso, después de varios años, pude saber que mi soledad me ayudó a entender que mi dependencia está en Dios y, sin Él nada soy; que Él se estaba perfeccionando en mis momentos de debilidad y estaba formando la mujer que Él quiere que yo sea, que mi padre terrenal se fue pero mi padre eterno permanece para siempre, que cuando yo no tenía un abrazo, mi Dios era quien estaba abrazándome y me sostenía. Él envió ángeles a cuidarme. Mi abuelita es uno de ellos y mi mamá, una mujer fuerte y valiente que se enfrentó a dificultades por sus hijas. Dios me dio un padre y así mismo me lo quitó; y lo entendí porque Dios hace las cosas y siempre obran para bien.
En medio de nuestras crisis, es importante la honra. Si en tu hogar existieron problemas con tus padres, "HÓNRALOS". Hablo de bendecirlos en todo tiempo; es parte de romper el orgullo y no dejar puertas abiertas al enemigo para que nos lleve a desobedecer, porque tú serás el reflejo de Dios cuando obedezcas Su Palabra. Si te cuesta honrar, ORA por eso; que Dios vaya tocando tu corazón en su tiempo, pero ora para que Él te permita obedecerlo aún cuando no puedas.
Quizá tu tuviste un hogar conflictivo, pero piensa: ¿Qué lograste y aprendiste a través de eso? Te enseñó a ser un hombre responsable, una mujer decidida y con límites, te enseñó a saber administrar tu hogar o descubriste cuáles son tus virtudes y defectos. Estoy segura de que algo bueno aprendiste, aunque todavía no sepas qué es. Dejemos ir todo aquello que en algún momento nos ató. No digo que no sentiste dolor, claro que sí, pero estoy segura de que Dios estuvo contigo en esos momentos. Cada experiencia del pasado es parte de tu historia, pero ¿cómo vas a ver tu historia de ahora en adelante? Está en ti tomar la iniciativa del cambio en tu corazón. ¿No sabes cómo empezar? Empieza por Dios, pídele que te muestre aquellos recuerdos, resentimientos o pecado ocultos que no recuerdas y que examine las áreas de tu corazón en la que debes sanar, perdonar y dejar ir.
Recuerda, sin estar a cuentas con Dios y con tu prójimo, existirán patrones que inconscientemente serán repetitivos; está en ti marcar, de ahora en adelante, una nueva generación libre de toda atadura y con bendiciones futuras del Padre.
Haz una oración:
"Amado Dios, entiendo que tengo un pasado, experiencias que me han enseñado pero que también me han herido. Permíteme soltar todo aquello que no me permite avanzar. Haz de mí una nueva persona. Sana mi corazón. Limpia y renueva mi alma. Quiero amar a los demás como Tú me amas, sobre todo a quien me hirió. Muéstrame Tu corazón. Todo lo que he sido, soy y seré te lo entrego. Quiero estar contigo hasta el final de mis días, que mi vida siempre refleje tu amor y tu perdón, amén".
Escrituras
Acerca de este Plan
Los sentimientos de soledad mal llevados pueden apagar el propósito que Dios planificó para ti. Soltar toda amargura y optar por la libertad eterna es una decisión personal. Tomar en cuenta a Dios en todos nuestros caminos nos asegurará una vida de plenitud y respaldo del Espíritu Santo. Aprenderemos a soltar todo aquello que no nos permite ver la gloria de Dios y reconocer la verdadera dependencia del Padre.
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Nos gustaría agradecer a Andrea Carolina Jacho por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://linkbe.me/AndreaCarolina