Una Familia ExtraordinariaMuestra

Hoy quiero invitarte a reflexionar sobre un enemigo silencioso que puede estar afectando tu vida y la de tu familia: el "Yo". En el libro de Santiago, encontramos un versículo que nos revela una verdad profunda: la tentación surge de nuestros propios deseos, esos anhelos internos que nos seducen y nos arrastran hacia el pecado.

Es fácil caer en la trampa de poner nuestras necesidades y deseos por encima de los demás. El egoísmo y la autosuficiencia pueden nublar nuestra visión y distorsionar nuestras prioridades. Cuando permitimos que el "Yo" tome el control, nuestras decisiones y acciones pueden lastimar a aquellos que amamos, especialmente a nuestra familia.

Es importante reconocer la influencia negativa que el "Yo" puede tener en nuestras vidas. ¿Te has detenido a examinar tus motivaciones? ¿Estás poniendo tus propias necesidades y deseos por encima de los demás? La honestidad contigo mismo es el primer paso para un cambio positivo.

No es fácil resistir las tentaciones del "Yo". Requiere esfuerzo y una constante búsqueda de la guía de Dios. Permítele a Él ser el centro de tu vida y permite que Su amor y sabiduría influyan en tus decisiones. Aprende a amar y servir a los demás como Cristo nos enseñó.

Recuerda que el pecado, cuando se deja crecer, da a luz la muerte. Pero también recuerda que el perdón y la redención están disponibles para ti. Dios es un Dios de amor y misericordia, dispuesto a perdonarnos y ayudarnos a superar nuestras debilidades.

Reflexiona sobre estas preguntas:

• ¿En qué áreas de tu vida has permitido que el "Yo" tome el control y afecte negativamente tus relaciones familiares?
• ¿Cómo puedes comprometerte a poner a Dios y a los demás por delante de tus propios deseos y necesidades?