El cuidado del cuidador | Sirviendo como JesúsMuestra
El duelo por la ausencia en compañía de Dios
Definición
La palabra Duelo viene Del latín dolus que significa (Dolor). El duelo es un PROCESO interno de adaptación emocional, en el cual se trabaja el dolor que sigue a cualquier tipo de pérdida, ya sea de un ser querido, una relación, una enfermedad, bienes físicos, estilo de vida, es un camino que se debe vivir por medio del cual asumimos, asimilamos, maduramos y superamos la misma pérdida.
Cuando somos cuidadores podemos experimentar dos situaciones de duelo, la primera porque es inevitable sentir tristeza e impotencia al observar el deterioro y el sufrimiento de ese ser querido cercano a quien se cuida y la segunda por las pérdidas que como cuidadores se experimentan en su vida personal al cumplir esa labor.
CÓMO SE MANIFIESTA UN DUELO
1. PENSAMIENTOS de confusión, dificultad para concentrarse, incredulidad, alucinaciones o preocupación por lo que se perdió, incertidumbre.
2. SENTIMIENTOS de ira, ansiedad, confusión, negación, depresión, miedo, culpa, irritabilidad, soledad, insensibilidad, alivio, tristeza, conmoción o anhelo.
3. SENSACIONES FÍSICAS como mareos, taquicardia, fatiga, dolores de cabeza, hiperventilación, náuseas o malestar estomacal, falta de aliento, opresión en el pecho, pérdida o aumento de peso.
4. CONDUCTAS tales como episodios de llanto, actividad excesiva, irritabilidad o agresión, pérdida de energía, pérdida de interés en actividades agradables, inquietud o problemas para dormir.
DURACIÓN DEL DUELO
Dios usa el duelo para producir sanidad total de un sufrimiento, la duración promedio de un duelo es relativa de acuerdo con la pérdida, pero más o menos puede durar 1 año y se puede elaborar de dos maneras:
Trayendo sanidad y entendimiento sobre la soberanía de Dios en nuestras vidas o, por el contrario, incrementando los síntomas descritos anteriormente, interfiriendo estos en la vida rutinaria y ocasionando problemas los cuales pueden derivar en una depresión crónica y por consiguiente en un duelo patológico.
La sanidad del duelo tiene las siguientes etapas:
ETAPAS DEL DUELO
1. NEGACIÓN: En esta etapa la persona tiende a refugiarse en la insensibilidad, el impacto emocional es intenso debido a que la realidad es excesiva para su mente y esa insensibilidad actúa como un mecanismo de defensa.
La negación ayuda a afrontar la situación y a sobrevivir, así como también a dosificar el dolor de la pérdida, es la protección que Dios puso en la naturaleza para dejar sentir únicamente lo que somos capaces de soportar.
“Ustedes no han pasado por ninguna prueba que no sea humanamente soportable. Y pueden ustedes confiar en Dios, que no los dejará sufrir pruebas más duras de lo que pueden soportar. Por el contrario, cuando llegue la prueba, Dios les dará también la manera de salir de ella, para que puedan soportarla” (1 Corintios 10:13 DHH94PC).
2. IRA: Cuando se asume la realidad de la pérdida, se entra en un estado de descontento por no poder evitar la pérdida. Se buscan entonces razones, causales y culpables; en esta etapa se manifiesta de muchas formas ira: contra un ser querido por no haberse cuidado mejor, ira contra nosotros por no haber cuidado mejor de él o enojo con Dios y la vida. Se debe permitir sentir y expresar la ira para liberarse ya que debajo de la ira anida el dolor.
3. NEGOCIACIÓN: Aparecen las ideas de negociar la realidad consigo mismo o con el entorno, se piensa en hacer un trato con la vida o con Dios para buscar una solución a la perdida a pesar de conocerse la imposibilidad de que suceda. La negociación es una nueva conducta defensiva que trata de evitar lo inaceptable; un canje que pretende restitución a cambio de “buena conducta”. La negociación es una huida del dolor, una distracción de la triste realidad.
4. DEPRESIÓN: La depresión es el resultado de la conciencia de lo ya perdido. Se experimentan diversas emociones negativas, aparece la sensación de tristeza, vacío, y el duelo entra en nuestra vida a un nivel más profundo del imaginado. Es importante comprender que esta depresión no es un síntoma de enfermedad mental, sino la respuesta normal y adecuada ante una gran pérdida. Se puede preguntar en ocasiones si tiene sentido seguir adelante solos y por momentos la vida parece no tener ningún sentido.
5. ACEPTACIÓN: En esta etapa se acepta la realidad de la pérdida y se reconoce que dicha realidad es la realidad permanente. Llegar aquí requiere que la persona haya tenido el acompañamiento y el tiempo necesario para superar las fases anteriores, a esta etapa se llega casi siempre muy débil y cansado. Esto se debe al esfuerzo de renunciar a una realidad que ya no es posible. Ahora se prefiere estar solo, preparándose para su futuro, y hacer evaluación sobre el balance de la vida. Las personas que llegan a esta etapa de aceptación suelen recibir la paz anhelada y prometida por Dios: mi paz les dejo, mi paz les doy.
Cuando los ciclos del duelo no se cierran, pueden convertirse en:
•DUELO CRÓNICO: Se aferran al dolor, se presentan síntomas depresivos.
• RETARDADO Y AUSENTE:Negación, reacción inicial insuficiente.
• EXAGERADO: Conductas desadaptativas.
• ENMASCARADO: Somatización inconsciente.
•AMBIVALENTE: Alivio inicial, Relaciones complicadas.
•PSIQUIÁTRICO: Conductas psicopatológicas.
¿CÓMO PODEMOS SOBRELLEVAR EL PROCESO?
DUELE, pero debemos aceptar la perdida. Eclesiastés 3:1-2.
ÚNETE a quien te ofrezca ayuda, no estás sola. Santiago 5:16.
EXPRESA tus emociones y dolor en libertad. Mateo 5:4.
LOGRARÁS sobreponerte. Josué 1:9
ORGANIZA tu vida y continúa tu camino. Filipenses 3:13-14.
“Convertiste mi lamento en danza; me quitaste la ropa de luto y me vestiste de alegría” (Salmo 30:11 NVI).
Oremos
Señor, la pérdida es algo que como seres humanos muchas veces nos sobrepasa, nuestro entendimiento se nubla tanto por el dolor que no logramos aun conociéndote comprender. Te pido que me ayudes como cuidador, a ayudar a otros, a pasar por ahí, a ayudar a la familia que está cercana, de la persona que está por irse o se haya ido.
Ayúdame a mí a no caer en depresión porque cuidé y no pude hacer más para que estuviera más aquí en la tierra esa persona. Necesitamos de ti, Señor, en estos momentos de duelo, pido por todos, pido por las familias que viven este proceso, por los cuidadores que deben vivir hasta el último momento con la persona que se cuida. Te pido entendimiento, discernimiento y sabiduría para pasar por ahí. En tu nombre santo te lo pido. Amén.
Acerca de este Plan
Aprende lo que significa ser un cuidador y de cómo esta experiencia se puede convertir en un acto de sanidad mutua para poder vivir de una forma emocionalmente sana y seguir el ejemplo de Jesús. “No se olviden de hacer el bien y de compartir con otros lo que tienen, porque esos son los sacrificios que agradan a Dios" (Hebreos 13:16 NVI).
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Nos gustaría agradecer a Casa Sobre la Roca, Iglesia Cristiana Integral por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://casaroca.org/