Todo nuevo

Las mudanzas son necesarias y siempre las hacemos por alguna razón: motivos laborales, familiares, porque nos casamos, por alguna necesidad o buscando nuestra mejora. Pero también es cierto que las mudanzas son incómodas.

Mientras meditaba en este tema, recordé que cuando vivía en Santo Domingo me mudé más de siete veces. Recuerdo que desmantelar una casa y volverse a reubicar es bien difícil, toma tiempo, esfuerzo físico y económico.

En esos procesos tuve muchas cosas que dejar y desprenderme, aun con deseos de conservarlas. Tuve que deshacerme de aquellos exámenes de matemáticas que conservaba porque por primera vez había sacado buenas notas. También me deshice de todas las cosas que con algún esfuerzo había comprado. Allí dejé los encuentros familiares de los domingos en la tarde que tanto amaba. También dejé sepultados los restos de mis padres.

Allí dejé buenos amigos, dejé a mis hermanos en la fe, y dejé la iglesia. Nadie dijo que sería fácil. Pero hasta en eso Jesús nos entiende.

¿Sabes qué descubrí leyendo Mateo 4:12-17? Que Jesús se mudó. ¿Lo habías notado? Se mudó de Nazaret a Capernaum, así que me da alegría saber que Jesús entiende lo que experimentamos cuando tenemos que hacer algún cambio en nuestras vidas.

En nuestras mudanzas todos quisiéramos llevar todo nuevo, pero la realidad es que nos llevamos todo o casi todo lo de nuestra antigua casa, con lo cual hacemos un cambio externo, pero en lo interno poco cambia: las mismas ollas, los mismos muebles, los mismos cuadros…

Muchas veces nosotros hacemos cambios en lo físico, pero no en lo espiritual. Continuamos con la misma mentalidad de siempre, llena de miedos, inseguridades, afanes y frustraciones. Y continuamos viviendo una vida espiritual lejos del propósito de Dios y muy lejos de ver sus sueños cumplirse en nuestras vidas.

Debemos estar conscientes que necesitamos un cambio y que muchas veces nos costará dejar cosas o inclusive personas a las que amamos. Estas mudanzas espirituales son las que nos llevan a alcanzar el propósito de Dios.