Soltando el pasadoMuestra

UNA LUCHA DIARIA

¿Tienes idea de cuántos pensamientos tenemos al día? De acuerdo a algunos estudios, en promedio solemos tener 70.000 pensamientos al día. Me pregunto, ¿cuántos de estos pensamientos son repetitivos, tóxicos y negativos? ¿Cuántos son acerca del pasado?

En lo personal suelo ser una persona que piensa demasiado y mis amigas me suelen decir que "sobre pienso", quizá puedas comprender que esto es una lucha diaria, aún si no sobre piensas estarás de acuerdo de que diariamente hay una lucha en nuestra mente... De repente vienen pensamientos tóxicos o negativos que por lo regular están basados en lo que respecta al pasado o al futuro. Creo que allí es en donde se encuentra la raíz tanto de la depresión como de la ansiedad. Pensar en el pasado trae depresión mientras que pensar en el futuro trae ansiedad.

Como sé que para muchos esta es una de las luchas diarias, así como lo fue para mí por bastante tiempo, quiero compartir contigo lo que Dios me enseñó durante un largo proceso y oro a Dios para que así como me dio libertad del pasado también traiga sanidad a tu corazón y a tu mente y puedas vivir cada día en la libertad que Cristo nos ha concedido. Dios no quiere que te quedes estancado, Él quiere que avances hacia todo lo que tiene preparado para ti y para ello es importante que conozcamos cuál es el problema. No me malinterpretes el problema no es pensar demasiado sino la calidad de pensamientos que tenemos.

Uno de los problemas en común que solemos tener es que constantemente traemos a memoria nuestro pasado. Aún cuando no eres alguien que suele pensar mucho en el pasado en algún momento el pasado viene y quiere hacerse presente quizá con algún recuerdo bonito, algún recuerdo agradable o un mal recuerdo. Por eso sea que sobre pienses o no, estoy segura de que este plan devocional te será útil así que te invito a que continúes leyendo este plan.

A menudo somos tentados a enfrascarnos en el pasado y por ello es indispensable que nuestros pensamientos se encuentren con la verdad de Dios diariamente. No hay mejor manera de contraatacar que con la espada que es la Palabra de Dios, contraataca los pensamientos de culpa y condenación con pensamientos de perdón y libertad de condenación por medio de la obra de Cristo, contraataca los pensamientos de desesperanza con la verdad de que Dios tiene pensamientos de bien y no de mal y que te brinda un futuro lleno de esperanza. El Espíritu por medio de la Palabra nos abre los ojos y nos enseña. Esto me ha pasado como si fuera un momento de lucidez en donde me doy cuenta de mi error o necedad y me lleva a dejar el lamento, la tristeza, el enojo, la melancolía, y quizá suena algo difícil, rudo o cruel pero recordar que “ya pasó”, me lleva a darme cuenta que es absurdo o tonto vivir en el pasado cuando ya no existe, ya fue, ya pasó y no puedo regresar el tiempo. Analiza, ¿qué tanto has dejado que tu pasado afecte tu presente? ¿Qué tanto peso o importancia le has dado a algo que ya no es y ya no existe?¿Qué nuevas historias has permitido que el pasado te robe?¿De qué te has perdido por aferrarte a vivir en el pasado?

Hoy Dios te dice: “Deja de añorar viejos tiempos”.

Cuando vivimos en el pasado dejamos de prestar atención a aquellas cosas, oportunidades, bendiciones que tenemos frente a nosotros que forman parte de nuestro hoy y descuidamos nuestra realidad actual.

Todo comienza con una decisión, decide dejar, decide soltar. Dejar el pasado atrás significa dejar de aferrarnos a cosas que ya no están ni volverán a ser, dejar de sentir pesar, culpa y todo mal sentimiento,desechar esos pensamientos y ya no atesorarlos, quiza no puedas evitar que vengan a tu mente pero si puedes tomar control por medio del Espiritu Santo y no dejar que afecten tu estado de ánimo ni se "aniden" en tu mente, soltar el pasado es decidir dejar la ofensa, dejar los “hubiera”, las cosas que quisimos hacer y que no hicimos o dejar las cosas que nos hicieron, decisiones que debimos tomar y no tomamos.

Dejar es soltar para abrazar lo que Dios tiene para ti.

Deja de considerar las pérdidas como pérdidas y comienza a considerarlas como ganancias. Cristo no desecha nada ni siquiera tus errores o malas decisiones, al venir al arrepentimiento y confesión Él es capaz de transformarlas y hacer que aún todo ello encaje en el rompecabezas, pieza por pieza. Él da un giro y hace que todo mal obre para un bien.

Dejar el pasado atrás es entender la obra de Dios y su gracia en nuestra vida, es entender que no importa lo que hayas hecho, las malas decisiones que hayamos tomado, las cosas que hicimos o dejamos de hacer, es dejar de mirar atrás y creer y confiar en que Dios hace todas las cosas nuevas. Cree que Dios tiene un futuro para ti que es mucho mejor que aquello que pasó y qué debes soltar.

Comienza a creer que eso que viviste en tu pasado coopera para un bien en tu futuro porque esa es la verdad para todos los que le amamos. De algo roto Dios puede crear un obra hermosa, con cada pasado roto Él puede formar una pieza unica y hermosa que traiga gloria a Su Nombre.

Todas las cosas nos ayudan a bien, no importa lo bueno o malo que haya sido nuestro pasado, ni lo doloroso o triste, ni el rechazo ni la perdida porque todas estas cosas sean buenas o malas Dios las utilizará para nuestro propio bien. Dios puede convertir la tristeza por gozo y alegria.

No subestimes el poder de Dios… aunque sientas estar roto en mil pedazos y quizá pienses que nunca podrás olvidar eso que pasó, Dios te levantará y te mostrará que Él es un Dios de nuevos comienzos que sana todo corazón roto y te llena de gozo, alegría y paz.

Mientras más ajustemos nuestros pensamientos a la voluntad de Dios y Dios renueve nuestros pensamientos por medio de Su Palabra recuperaremos nuestra salud mental y espiritual, serás liberada/o de la amargura, del rencor del pasado.Te darás cuenta que aquello a lo que alguna vez le diste mucha importancia hoy ya no tiene ningún peso porque, ¡Dios hace todas las cosas nuevas!

Oración:

Gracias Dios por traer sanidad a mi alma, por exhortarme y hablarme, perdóname cuando no me he aferrado a tu gracia, perdóname cuando no he dado la gracia que tú me has dado ni el perdón que tú me brindas, ayúdame a vivir tu palabra de ya no recordar el pasado, sabes lo que me ha costado, sola/o no puedo, ayúdame a abrazar , a amar y a dar tu gracia. No quiero reflexionar en el dolor ni seguir tocando o mirando las heridas ni el pasado de las demás personas, sino ahora quiero reflexionar y recordar siempre tu grande amor, lo mucho que nos has amado y perdonado y sobre todo maravillarme de tus nuevas obras. En el nombre de Jesús, amén.