Soltando el pasadoMuestra
SANANDO LAS HERIDAS
A lo largo del plan devocional conocimos las razones del porqué debemos soltar el pasado y vimos las consecuencias y el daño provocado cuando no lo hacemos, pero en este día Dios quiere revelarte cómo soltar el pasado…
Hay una solución y, ¿sabes cuál es? Perdonando. La raíz del porqué nos aferramos al pasado, es porque nos hemos aferrado no a las personas, no a los sueños, no a las vivencias sino a las heridas, al dolor, al daño que hubo y quizá a la frustración.
Hay heridas que no han sanado y aferrarnos duplica o triplica la herida porque ahora no solo está presente la herida del pasado que fue causada por algo externo sino ahora nosotros mismos nos estamos lastimando aún más y lastimando a las personas con las cuales nos relacionamos… lastimamos relaciones.
Sabes, hace tiempo tuve un sueño en donde tenía muchas espinas en mi pie, no podía avanzar más, me dolía, era una molestia así que me detenía y comenzaba a sacar una por una, cuando las veía en mi pie parecían insignificantes eran pequeñas pero me molestaban así que comencé a sacarlas una por una. Pero, sucedía que cuando las sacaba me daba cuenta de que no era tan pequeñas como creí que eran o lo aparentaban y de pronto vi el suelo con muchas espinas, eran las espinas que me iba quitando y pensé que era muy grandes. Cuando finalmente me las quité todas volví a caminar. Dios me mostraba que esas espinas tenían un significado, había sido herida, lastimada y esas heridas me causaban molestia. Cada espina había sido encajada en mi pie conforme fui caminando, las espinas eran esas heridas que consideraba simples e insignificantes pero que después me di cuenta de que no lo eran sino que, ¡eran grandes!.
No sé cuáles sean las espinas que has traído en tu caminar, tal vez es una espina de traición, de rechazo, de engaño, de abandono, de comparación, de frustración, de desilusión, tal vez lastimaron tu corazón, te fallaron, hablaron mal de ti, pensaron mal de ti, no sé con que espinas te has encontrado en el camino que se han clavado a tu vida y te ha impedido avanzar pero hoy Dios quiere que al igual que yo en ese sueño, te detengas y dejes de ignorar esas espinas y comiences a sacarlas una por una.
Dios quiere sanarte y quiere que camines y avances. Dios no te está pidiendo que seas independiente y te sanes tú sola/o. Ceo que aunque Dios quiere sanarte, y tiene el poder de sanar cada herida y sacar cada espina por más profunda que esté, aún sigue obrando como lo hacía antes…nos invita a formar parte del milagro y de la sanidad, como aquel hombre paralítico que tenía que tomar su camilla y levantarse (Juan 5:8-9) o como aquel hombre ciego que tenía que irse a lavar al estanque después de que Jesús había untado barro en sus ojos (Juan 9:6-7). Además , estos dos hombres también son ejemplo de que hay sanidades que son al instante y sanidades que conllevan un proceso. No te desesperes y solo obedece a Dios.
Dios te invita a detenerte y sacar cada espina, liberarte del dolor, soltar el pasado a través del perdón…¿quieres caminar sin dolor? ¿Sí? Entonces, ¿a quién debes perdonar? ¿Te debes perdonar a ti? ¿Debes perdonar a alguien más?
El tiempo no sana, Dios sí.
No pienses que el perdón vendrá con el tiempo, hoy toma la decisión de perdonar a pesar de lo que puedas estar sintiendo. No ocultes más tus heridas. Dios está cercano y quiere sanarte y cuando Dios sana hace todo nuevo. A Él le encanta hacer cosas nuevas.
Dios promete y anhela sanar todo corazón herido. Él nos consuela y de esto doy testimonio, Dios ha sido quien me ha ayudado a atravesar el más profundo valle y a salir del hoyo de la angustia y de la depresión.
Hoy quiero recordarte que aún cuando las heridas sanan y quedan cicatrices, esas cicatrices tienen un propósito, Dios no desperdicia nada, luego de sanar Dios utiliza lo que vivimos para llevar a la sanidad a otras personas y consolarlas así como nosotros recibimos consuelo por parte de Él.
¡Tus cicatrices serán un testimonio!
Reto: escribe una carta de perdón para ti o para las personas que te hirieron y hoy decide entregárselo a Dios en oración.
Oración
Dios, Padre hoy reconozco que mi corazón está herido y que ha sido lastimado, te muestro las heridas que tengo. Sé que tú las conoces mejor que yo pero ahora lo digo para no ignorarlas, tú sabes lo que me duele, tú conoces mis tristezas, tú conoces mi corazón, pero hoy te las entrego. Yo elijo perdonar como tú me has perdonado y doy ese perdón a aquellos que me han herido, así mismo te pido que los perdones y los bendigas. Te entrego mi corazón, reconozco que nadie más lo puede sanar sino tú, tú fuiste quien lo formó, dame un nuevo corazón. Háblame y dime qué es lo que quieres que haga, que debo soltar, a que me he aferrado y que debo perdonar, no quiero aferrarme más al dolor que me ataba al pasado, ayúdame a soltarlo y a ser paciente en mi sanidad. Tú puedes sanarme porque tú sanas a los de corazón quebrantado, te doy gracias porque tú vendas mis heridas, ayúdame a caminar sin dolor y a avanzar, te doy gracias porque estás cercano a mí. Dame consuelo y fortaleza para hacer tu voluntad, vierte sobre mis heridas de tu aceite y de tu vino. Espíritu Santo precioso Consolador. En el nombre de Jesús, amén.
Acerca de este Plan
A diario enfrentamos una lucha en nuestra mente con pensamientos que en su mayoria están relacionados con el pasado. Lo cual suele influir en nuestras emociones, en nuestra manera de vivir y en nuestras relaciones con los demás. Dios quiere traer libertad y sanidad a tu vida. ¿Estás listo? ¡Soltemos lo que ya no es!
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Nos gustaría agradecer a Fátima Meza por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://linktr.ee/soyfatimaa