Jesús, La Verdadera NavidadMuestra

Saludos, querido amigo/a:

¿Cuándo fue la última vez que te sumergiste en la fascinante narrativa de la historia navideña? Desde el monarca Herodes hasta los humildes pastores de belén, la historia de la joven María y José su prometido, hasta los sabios Reyes Magos y el venerable anciano Zacarías en el templo de Jerusalén. Hay tanto por descubrir queridos amigos, que en los próximos días, nos sumergiremos en la verdadera esencia que se oculta tras la celebración navideña.

Quisiera empezar mis reflexiones con María, la mayoría de los historiadores sugieren que María tenía entre 15 y 16 años cuando dio a luz a Jesús. Imagina el escenario: los murmullos y chismes que surgieron debido a su estado "esperando un hijo, sin estar casada". De hecho, cuando compartió la noticia con José, su propio prometido, este no le creyó inicialmente. Antes de la intervención de un ángel, José había decidido romper silenciosamente el compromiso con ella. Pero, superada esa primera prueba, María tuvo que afrontar varias pruebas más; por ejemplo; el desafío de viajar estando a punto de dar a luz, y dar a luz en las condiciones que lo hizo, no fue un paseo de verano.

En retrospectiva, hay dos lecciones valiosas que podemos extraer de la vida de María:

1. Al margen de lo que los demás piensen de ti; Dios no evalúa tu valía espiritual según tu historial terrenal. En aquel tiempo, ser joven, pobre y mujer implicaba que la sociedad no considerara su vida como algo "útil". Sin embargo, la fe de María y su obediencia a la voluntad de Dios la ubicaron en un lugar de preeminencia en la historia de la humanidad.

2. Optar por vivir con valentía para Jesús no siempre será fácil, pero siempre valdrá la pena. Las misiones ministeriales a menudo conllevan más dificultades que glamour. Al observar la plataforma de otra persona y solo ver los beneficios, es importante comprender que detrás de cada momento "destacado" hay innumerables luchas y desafíos.

¿Qué tal tú? ¿Crees que puedes seguir en parte el ejemplo de María? Las últimas palabras de María al ángel del Señor fueron simplemente: “Soy la sierva del Señor. Que se cumpla tu palabra para mí…” (Lucas 1:38 NVI).

¡Wow!, ¡No te parece admirable! María alabo al Señor y se rindió a Él para obedecerle, y así poder cumplir su voluntad, María no se centró en el que dirán o en las dificultades que su obediencia al Señor le traería. De hecho, todo lo que María realmente entendió fue que Dios la había elegido para servirle y ella obedeció voluntariamente. Y eso fue suficiente.

Te dejo un modelo de oración y acción para ti.

Dios, ayúdame a mantener mi enfoque en Ti y en tu voluntad, no en el “activismo de hoy día”. Es muy fácil quedar atrapado en la aprobación y las opiniones de los demás, pero decido rendir y confiar mi vida a Ti, tus propósitos siempre son supeeriores. Úsame como quieras y enseñame a ser humilde como tu sierva, la bienaventurada María. ¡Te amo! Amén.

Con amor en Cristo,

Pastor, Juan Carlos Calle y equipo Conectar Global

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