Jesús, La Verdadera NavidadMuestra

Querido amigo/a:

Alguna vez has pensado en el personaje del Posadero, de la historia Navideña, aunque ha sido mencionado en diversas versiones de la historia navideña, no existe registro de un posadero real en el relato bíblico del nacimiento de Jesús. Podemos inferir que José intentó encontrar alojamiento para María debido a su condición, pero no tuvo éxito. Lo cierto, es que alguien les cerró la puerta, o más bien no se las abrió, puede ser un posadero o varios. Pero, lo que si sabemos es que José no encontró lugar para que María diera a luz a su hijo de forma decente.

Es probable que a muchos de nosotros de alguna forma nos hayan preguntado o hayamos escuchado en algún momento: "¿Has hecho espacio para Jesús?".

Si yo sé, ya está en tu corazón y ocupa un lugar importante en él. No obstante, quisiera insistir, la pregunta a la luz de nuestra reflexión de hoy es: ¿Qué tanto de tu corazón ocupa hoy Jesús? ¿Le has asignado el lugar prioritario que merece, o lo ha confinado a un "pesebre"? O peor aún, ¿Será que ocupa el cuarto trasero de tu casa interior, es decir de tu corazón?

A menudo, entregamos lo mejor de nosotros, de nuestro tiempo, a cosas o personas que no lo merecen. Descuidamos la lectura de las Escrituras para sumergirnos en las búsquedas de redes sociales que nos "enredan" y nos quitan tiempo de calidad. Optamos por invertir muchas horas a plataformas de películas y videos, en lugar de dedicar tiempo a la oración, o de buscar un lugar para servir.

Mi invitación hoy con esta reflexión querido amigo/a, es que en esta Navidad puedas establecer límites con aquello que sabes está compitiendo con el lugar que le corresponde a Jesús en tu corazón. Procura enfocarte en lo que es realmente importante tener presente y compromete a vivir exclusivamente para Dios y, al revisar y vivir según esa decisión a diario harás los ajustes necesarios cada día para abrirle la puerta de tu corazón de par en par a Jesús.

¿Qué tal tú? ¿Crees poder hacer esta oración con sinceridad para redirigir tu pasión y amor hacia lo verdaderamente importante?

Amado Dios y Padre Celestial, reconozco que a menudo me enredo y pierdo tiempo valioso enfocándome en cosas sin tanto valor y te he desplazado Señor, te pido perdón. No deseo continuar viviendo de esta manera. No quiero malgastar mi vida en propósitos inferiores. Reorienta mi vida a propósitos eternos. Te abro de par en par la puerta de mi corazón y has lo que tú desees en mí, reina en mi vida Señor. Te amo. Amén.

¡Medita en esto!