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El Dios Que Me Ayuda

DÍA 2 DE 5

Hacia dónde miramos

De vez en cuando caemos en ese letargo espiritual que hace que nuestros ojos se queden fijos sobre lo cotidiano, lo inmediato, lo terrenal. Las circunstancias y las diversas situaciones que se presentan en nuestras vidas acaparan toda nuestra atención. Es como un ancla que se tira al fondo del mar para evitar que la nave se mueva. Apenas hay fuerza para levantar la mirada porque no tenemos tiempo, porque estamos arropados por el problema, la enfermedad, la prueba o, lo que es peor, por la buena vida o por lo bien que nos va.

Dios, en repetidas ocasiones, nos exhorta a que levantemos nuestros ojos y le miremos a Él. Es un llamado de misericordia para que salgamos de ese estado en el que la fe se desinfla y la esperanza se diluye. Podemos mirar hacia arriba literalmente y encontrarnos con los cielos que Dios creó. Sea de noche o de día, siempre nuestra mirada se encontrará con algún detalle hermoso de la creación. Entonces recordaremos que la creación es obra del Creador y que ese Creador, es nuestro Dios.

“Levantad en alto vuestros ojos, y mirad quién creó estas cosas; Él saca y cuenta su ejército; a todas llama por sus nombres; ninguna faltará; tal es la grandeza de su fuerza, y el poder de su dominio" (Is. 40:26). Nos encontramos con la verdad de su fuerza y su poder, y es como si el ancla que nos detenía fuese arrancada del mar y sentimos que volvemos a navegar.

El Señor, no solo quiere que alcemos nuestros ojos y miremos su creación, Él quiere que le miremos a Él. El salmista dijo: “A ti alcé mis ojos, a ti que habitas en los cielos" (Sal. 123:1). Es lo que Dios quiere, que le miremos a Él. Cuando nuestra mirada permanece en Dios, no desaparecen nuestras circunstancias, pero sabemos que son compartidas nuestras dudas, los temores, la incertidumbre. Nuestra mente se nutre de pensamientos de fe fundamentados en su Palabra.

Tal fue el caso de Moisés, quien a pesar de todas las circunstancias difíciles que experimentó en su vida, “Se sostuvo como viendo al Invisible" (Heb. 11:27).

En definitiva, podemos tener la certeza de que mirar a Dios en un acto de humildad, reconociendo que sólo Él puede ayudarnos, es un gran paso para la victoria. Mirar al Dios vivo es acudir al único que satisface la necesidad del alma y que nos eleva a las alturas.

Día 1Día 3

Acerca de este Plan

El Dios Que Me Ayuda

La ayuda es esa acción que recibimos a favor nuestro tan necesaria en todas las áreas de nuestras vidas. ¿Quién puede decir que no la necesita? ¿Quién es lo suficientemente independiente que puede pasar por la vida sin una mano amiga? Pero, aún más importante, ¿qué podemos hacer cuando pareciera que nadie puede ayudarnos? En este plan podremos hallar respuesta a esas preguntas, dejando que la Biblia nos conteste.

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Nos gustaría agradecer a Grettchen Figueroa por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://facebook.com/GrettchenStage