Mentalidad del reinoMuestra

“Características de una mentalidad de Reino”

1. Cultiva una proyección celestial 

Está orientada hacia el pensamiento de Dios, no analiza ni razona lo milagroso, solo lo cree; cree lo que Dios ha dicho en la Escritura y lo que Dios hace en el mundo natural aun cuando sea incomprensible.  A la mente celestial, le es muy natural lo prodigioso.

Este tipo de mentalidad reconoce que Cristo encarna la manifestación del poder de Dios en medio nuestro; por eso  lo milagroso se constituye en el principal polo de expresión de la presencia y realidad del reino en la vida de las multitudes.

El poder del reino se une a la auténtica experiencia de la fidelidad y disponibilidad a la providencia de un Dios de amor, obrando en nuestras vidas y en los demás. Esta experiencia de las señales y maravillas que acompañan al Evangelio del reino, en un trasfondo del respaldo divino a nuestra tarea, también es una fuente de alegría en el espíritu de los creyentes, a su vez un testimonio atrayente para los incrédulos. 

Esto es aplicable a la tarea de la expresión y de la extensión del reino, de tal manera que su mensaje no se limite a un misticismo religioso sino a una experiencia transformadora de la vida de todos aquellos que abrazan esta gracia.

2. Está orientada hacia la justicia de Dios 

Es la mente que ha sido formada por la palabra de justicia, y rechaza el relativismo de este mundo. Esta mentalidad nos dirá lo que es bueno y lo que es malo, no habrá dualidad en ella, andará sin medias tintas, rechazará todo aquello que es contrario al Reino, cree que Dios es justo y todo hombre, mentiroso. Tiene la capacidad de interpretar los códigos gubernamentales que emanan del trono de Dios.

La mentalidad de reino apunta a la realización de la voluntad de Dios en relación con la creación de una nueva sociedad, caracterizada por la justicia y la paz, liberada del pecado y de sus consecuencias. Hablar del Reino de Dios es hablar del propósito redentor de Dios en Cristo Jesús, propósito que abarca toda la creación.

Al afirmar que, la redención de toda la creación es el propósito de Dios, va más allá de la evangelización y la responsabilidad social, apunta también hacia el cuidado del medio ambiente, la conservación de los ecosistemas naturales y el uso sustentable de los recursos.

Dios reina, pero nosotros tenemos la tarea de acoger este reino y a través de su anuncio lograr este ambiente de justicia y solidaridad para toda la creación. Que Dios reine, supone que nosotros, sus hijos, vamos a continuar el anuncio del Reino de Cristo como sus seguidores.