Salvos por GraciaMuestra
Día 3
¿Quiénes éramos?
Ayer tocamos un punto importante en el cual, profundizaremos hoy. Como hablábamos ayer, nosotros estábamos muertos en pecado. ¿Se escucha raro no? Es difícil pensar e incluso comprender que estábamos muertos, sin embargo, como hablábamos ayer, el pecado nos separó de Dios, es decir, fuimos separados de la fuente de vida.
En Génesis 1:7, podemos ver que, cuando Dios crea al hombre del polvo de la tierra, sopla “aliento de vida”. Es decir, Dios depositó una porción de él en nosotros y eso fue lo que nos dio vida, pero al estar apartados de la fuente que nos dio vida, estamos muertos. Por ejemplo, cuando nuestros celulares se apagan porque no tienen carga, los conectamos a una fuente, para que así nuestro celular se cargue y podamos encenderlo, sin embargo, si no lo conectamos, nuestro celular nunca va a encender. Entonces, si el soplo de Dios nos dio vida, significa que necesitamos ese soplo cada día, Dios depositó algo en nosotros que clama y necesita más de su Creador.
Al estar muertos en pecado, significa que nuestro corazón, alma, cuerpo, espíritu, todo lo que somos estaba apartado de Dios; estábamos totalmente perdidos, bajo el dominio de Satanás, es decir, éramos esclavos del pecado. Efesios 2:1-2 dice lo siguiente:
“Antes ustedes estaban muertos a causa de su desobediencia y sus muchos pecados. Vivían en pecado, igual que el resto de la gente, obedeciendo al diablo – el líder de los poderes del mundo invisible –, quien es el espíritu que actúa en el corazón de los que se niegan a obedecer a Dios.” (NTV)
Estábamos prácticamente destinados a estar muertos, presos en el pecado; éramos esos huesos secos que necesitaban volver a la vida. Sin embargo, Jesús nos devolvió la fuente de vida, para que tú y yo no siguiéramos muertos en pecado.
Escrituras
Acerca de este Plan
Es normal recibir un regalo por haber hecho algo bueno; sin embargo, hay un obsequio que se le dio a la humanidad, no por haber hechos cosas buenas, o por ser merecedor de ello. A través de este plan, conoceremos ese regalo llamado GRACIA, un regalo que Jesús nos dio, aun sin merecerlo; y para poder darnos ese regalo pagó un precio que tú y yo, nunca hubiéramos podido pagar.
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Nos gustaría agradecer a Alejandra Maradiaga por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://www.instagram.com/nmaradiaga_02?igsh=bWxkOGo3emtuenl1&utm_source=qr