Aliento Para El MatrimonioMuestra

Sanos para amar

Es un hecho que mientras más compartimos, más sale a relucir nuestra verdadera personalidad. Se cae la máscara que a veces usamos durante el noviazgo y se ven las heridas que arrastramos, en ocasiones desde la niñez. Nuestro comportamiento revela esas áreas que fueron afectadas y que aún no han sido sanadas. Definitivamente esto puede afectar la forma en que actuamos y nos relacionamos en el matrimonio y con nuestra familia. Un ejemplo que marcó mi vida fue el matrimonio de mis padres. Ambos sufrieron mucho en sus vidas y a pesar de tener una relación con Dios, no entregaron ni trabajaron su área emocional, sus traumas y heridas.

Eso hacía que su matrimonio estuviera lleno de conflictos, pues repetían conductas aprendidas y estaban constantemente a la defensiva para evitar ser heridos. En muchas ocasiones, me he visto poniendo un muro a mi alrededor para igualmente protegerme. Cuando venimos al matrimonio debemos trabajar con las heridas del pasado de manera individual. Primeramente, pedirle a Dios que nos muestre esas áreas que necesitan sanidad y si es necesario buscar apoyo profesional para que no le pasemos factura a nuestro cónyuge de los errores que otros cometieron con nosotros. Nadie puede dar lo que no tiene. Para amar saludablemente tenemos que estar sanos.

Cuando estamos enfermos emocionalmente, lastimamos a nuestro cónyuge y a nuestra familia porque repetimos los patrones que hemos aprendido. Dios vino a sanar a los que tienen los corazones heridos porque sabía que la sanidad era sumamente importante para poder llevar relaciones saludables. Si has notado que tienes conflictos porque lo que vives te recuerda vivencias del pasado debes buscar ayuda para sanar. De lo contrario se convertirá como una bola de nieve que sigue rodando y creciendo cada vez más. Cuando te das cuenta, has lastimado a los que más amas y puede que enfrentes una crisis en tu relación. Sin embargo, para sanar la relación, primero tienes que sanar tú. Cuando ambos estén sanos, entonces, podrán lidiar con los problemas que les afectan.

Por lo tanto, pon entre tus prioridades la sanidad emocional y verás un cambio en ti y en tu matrimonio. En muchas ocasiones, este proceso no se puede hacer solo o sola, necesitas el apoyo de un profesional de la conducta humana que te acompañe y guíe para que puedas descubrir esas áreas que necesitan sanidad. Así que se trabaja desde una perspectiva espiritual y también profesional. Verás los resultados. Entonces estarán sanos para amar.