Ayuda mi incredulidad: cómo vencer las dudas y aumentar la feMuestra
¿Cómo ve Dios la incredulidad?
En la Biblia, encontramos muchos ejemplos de personas que enfrentaron incredulidad, desesperanza y agotamiento físico y espiritual. Según lo que he estudiado, veo dos formas en las cuales Dios reacciona ante la incredulidad:
a- Le provoca ira o
b- responde con misericordia
Le provoca ira
En el Salmo 78, vemos un claro ejemplo de cómo la incredulidad de Israel, a pesar de haber visto una y otra vez los milagros de liberación del Señor, le provocó a ira y resultó en la muerte de miles de ellos.
A medida que leemos este poderoso salmo, podemos percibir cierto sentido de desesperación en la voz de Asaf, su escritor. Parece decir con ímpetu, “Oye, Él dividió el mar y las aguas estaban firmes como una pared. ¡Les dio a comer el pan de los ángeles! Hizo que agua saliera de una roca...¡una roca! ¡Hizo llover carne sobre ellos!”.
Pero por causa de su incredulidad: “Hablaron contra él, diciendo: “¿Acaso puede Dios servir una mesa en el desierto? Es verdad que Dios partió la peña, que de ella brotó agua como un río, y que la tierra se inundó; pero, ¿podrá dar también pan? ¿Podrá dar carne a su pueblo?” Cuando el Señor oyó esto, se enojó; ¡su furor, como un fuego se encendió contra Jacob! Porque no confiaron en Dios ni creyeron en su ayuda. A pesar de todo, volvieron a pecar; no creyeron en las maravillas de Dios” Sal. 78: 19-22, 32 DHH.
Cuando leo esos versículos, tiemblo. Le pido a Dios que la actitud de mi corazón no sea una de rebelión desafiante ante Él, sino que cuando mi humanidad y naturaleza olvidadiza afecten mi capacidad de confiar, venga con un corazón humilde, como el padre del joven endemoniado a quien Jesús liberó: “Creo; ayuda mi incredulidad” (Mar. 9:24).
Es ahí donde encontramos la diferencia, en la actitud de nuestros corazones. Mira los versículos 36-39 del Salmo 78: “Pero le lisonjeaban con su boca, y con su lengua le mentían; pues sus corazones no eran rectos para con él, ni estuvieron firmes en su pacto. Pero él, misericordioso, perdonaba la maldad, y no los destruía; Y apartó muchas veces su ira, y no despertó todo su enojo. Se acordó de que eran carne, soplo que ya no vuelve".
Los israelitas habían sido testigos de lo que ninguna otra nación en la tierra había visto: la presencia del Dios vivo habitando en medio de mortales. Él había hecho tantos milagros para liberarlos de la esclavitud y todos habían visto su poderío. Además, Dios quería vivir en medio de su pueblo y hasta oyeron su voz audible. Pero ellos no lo pudieron soportar y le pidieron a Moisés que fuera él quien hablara con Dios (Ex.20). Y para colmo, su memoria a corto plazo era terrible. Murmuraron contra Dios y añoraron regresar a la esclavitud de Egipto ¡por unas cebollas y ajos (Nm.11:5)!
Pero una y otra vez, el Señor suplía para sus antojos y demandas. Cuando Moisés estuvo hablando con Dios 40 días, recibiendo sus mandamientos, ¡tuvieron la osadía de crear un becerro de oro para adorarle y agradecer al becerro por haberlos librado de Egipto!
Esto provocó la ira de Dios pues Él les había mostrado su poder más de lo que ninguna otra nación había visto, y aun así, dudaron y se rebelaron contra Él en sus corazones. Y esto produjo consecuencias para ellos. Consecuencias como la muerte de muchos israelitas (Nm.11:33), y que toda esa generación anduvo vagando por el desierto 40 años, perdiendo la oportunidad de entrar a la tierra prometida por dudar de que podían conquistar la tierra de Canaán. Le creyeron más a la palabra de diez espías incrédulos que a las palabras de Dios y la fe de los dos espías que sí creyeron (Nm.13, 14).
Tener una actitud desafiante, como la de los israelitas, “¿Acaso puede Dios servir una mesa en el desierto?”, me limitará de ver claramente lo que Dios está haciendo y ha hecho por mí. En lugar de tener un corazón de gratitud y confianza, esto puede provocar ansiedad, desesperación y coraje contra Dios.
Otro ejemplo de incredulidad desafiante que terminó muy mal se encuentra en 2 Reyes 7. Te motivo a que leas esta historia y que busques otros ejemplos de ocasiones similares en la Biblia que nos muestran cómo la incredulidad puede impactar nuestras vidas. Este es un tema muy extenso con muchos pasajes bíblicos que podríamos estudiar.
Sin embargo, no todos los casos de incredulidad movieron a Dios a ira, algunos le movieron a misericordia. Mañana veremos algunos ejemplos.
Para meditar
- ¿Percibo en mí una actitud de rebelión desafiante ante Dios por causa de mi incredulidad?
- ¿He estado actuando como el pueblo de Israel en el Salmo 78?
- ¿Albergo la actitud en mi corazón de pensar “podrá acaso Dios servir una mesa en el desierto”?
- ¿Debo arrepentirme ante el Señor por alguna actitud similar en mi vida?
- Considera hablar con un hermano(a) en la fe de confianza y sabiduría que te ayude a orar por cualquier necesidad o actitud desafiante e incredulidad.
Oración
Padre, perdóname cuando actúo tal como el pueblo de Israel en rebelión desafiante. Ayúdame a identificar qué provoca esta incredulidad en mi vida. Es mi deseo confiar en ti en los buenos tiempos, pero también en los valles y desiertos de la vida. Ayúdame a recordar que tú eres quien me libras de mis prisiones y que has sido tú quien me ha dado maná, agua y carne en mi necesidad. Que tu brazo no se ha cortado para librarme y que te puedo adorar en medio de la dificultad porque tú no fallas. Espíritu Santo, quita todo espíritu de rebelión en mí y ayúdame a seguir tu voz y dirección en mi vida. Recibo tu perdón, tu gracia y misericordia. Me levanto en fe para continuar mi camino, alegre de que me amas y limpias de todo pecado por medio de Jesucristo. Amén.
Acerca de este Plan
Este devocional nos inspira a reconsiderar, reenfocar y recordar tres prácticas y herramientas que Dios nos brinda para ayudarnos a atravesar circunstancias difíciles creciendo y permaneciendo firmes en nuestra fe, en lugar de permitir que nos alejen de nuestro Salvador.
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Nos gustaría agradecer a Apertura812 por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://karenlie.wixsite.com/apertura