Triunfando en las PruebasMuestra

Mantente listo. Permanece firme.

Lectura: 1 Pedro 5:8-9

EOAO: 1 Pedro 5:8-9

Sed sensatos y estad atentos, porque vuestro adversario el diablo, como león rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar. Resistidlo firmes en la fe, pues sabéis que vuestros hermanos alrededor del mundo están experimentando los mismos sufrimientos

En el Texto

Seamos claros: tenemos un enemigo. Es implacable y su única intención es causar estragos en nuestras vidas y en las vidas de aquellos a quienes amamos. Él quiere alejarnos de Dios, sin importar el costo. Se hace pasar por una falsificación de Dios (2 Corintios 11:14). Por esta razón, no podemos permitirnos el lujo de ser complacientes. Debemos estar alerta y en guardia.

Nuestro adversario, el diablo, es un maestro engañador (Juan 8:44). Nos llevaría a territorio peligroso si no fuera por nuestra sólida defensa: la fe. Pedro dice que tenemos que resistir al diablo siendo “fuertes en la fe”. Y en Efesios 6, Pablo nos dice que tomemos el “escudo de la fe”, que puede apagar las flechas encendidas del maligno. Una de las principales formas en que el diablo nos ataca es sembrando semillas de duda en nuestros corazones: “¿Dios realmente quiso decir eso?”. “¿Es realmente bueno?”. “¿Realmente puede ayudarme en esta situación?”. “¿Es Jesús realmente el único camino?”. Una vez que comenzamos a dudar de la Palabra de Dios, nuestra fe comienza a debilitarse y al diablo le resulta mucho más fácil hacernos caer en pecado o en la desesperación.

Entonces, ¿cómo libramos esta batalla? Tenemos una fe que es respaldada por Dios en Su Palabra. El diablo no tendrá ninguna posibilidad contra nosotros cuando hagamos eso. La clave de la victoria es simple, aunque exige nuestro pleno compromiso: resistir. Cualquiera que sea la tentación que nos lance, podemos resistir recordando una promesa de la Biblia, orando y creyéndola plenamente. Por ejemplo, a veces podemos sentirnos tentados a pensar: “Dios nunca me perdonará este pecado. Lo he hecho demasiadas veces”. Este es el momento en el que debemos recordar la Palabra de Dios: “la sangre de Jesucristo Su Hijo nos limpia de todo pecado” (1 Juan 1:7).

El mismo Jesús luchó contra las intrigas del diablo con la Palabra de Dios (Mateo 4:1-11). Cuando estamos cimentados en las Escrituras, poseemos el discernimiento necesario para distinguir entre la verdadera voz de Dios y los susurros mentirosos de Satanás.

Recuerda, no estás solo en esta lucha. Los creyentes de todo el mundo están en esta batalla contigo. Juntos, manteniéndonos firmes en la fe, podemos resistir al diablo y sus maquinaciones destructivas.

Oración

Querido Señor Jesús, gracias por equiparme para permanecer firme contra los ataques del enemigo. Hazme siempre consciente de sus planes y rápido para recurrir a Tu Palabra y oración en busca de defensa. Ayúdame a aceptar Tu Palabra para que pueda resistir al enemigo. Amén