Triunfando en las PruebasMuestra
Carácter que santifica y sostiene
Leer: 2 Pedro 1:5-11
EOAO: 2 Pedro 1:8
Si tenéis estas cualidades y las desarrolláis, entonces no estaréis inactivos ni sin fruto en cuanto al conocimiento de nuestro Señor Jesucristo.
En el texto
Cuando miras un árbol, ¿cómo determinas su salud? Por su fruto. De la misma manera, la evidencia de un cristiano sano es el buen fruto producido en la vida (Gálatas 5:22-23). Pedro profundiza sobre esto en 2 Pedro 1:8 cuando habla de complementar nuestra fe con virtudes como la excelencia, el conocimiento, el dominio propio, la perseverancia, la piedad, la bondad y el amor.
A medida que incorporas estas virtudes piadosas en tu día a día, la fecundidad de tu vida aumenta. Y este fruto no sólo te beneficia a ti; se desborda, bendiciendo y nutriendo a quienes Dios ha puesto a tu alrededor.
¿Alguna vez te has detenido a considerar si estos “frutos” están presentes en tu vida? Pedro no sugiere que un cristiano pueda tener uno de ellos y otro el otro. Escribe como si todos sus lectores debieran poseer todos estos atributos en medida creciente. De hecho, les insta a “hacer todo lo posible” para conseguir estas cualidades.
Algunos de nosotros podemos ver muy poco de estas virtudes en nuestras vidas. Y Pedro da la razón de la falta de fecundidad de algunos: “Pero el que no tiene estas cosas está ciego y camina a tientas, pues ha olvidado que sus antiguos pecados le fueron perdonados” (2 Pedro 1:9). Los ciegos solo se centran en sí mismos y en sus problemas, en lugar de levantar los ojos a Dios. Para otros, una fase infructuosa no significa estancamiento, pero podría ser un llamado a una comunión más profunda con Dios, una temporada para acercarnos aún más (Juan 15:4-5). Así como hay estaciones en un año, también las hay en nuestras vidas. No juzgues el fruto de tu vida por una estación.
Jesús ha prometido que aquellos que son Suyos producirán buenos frutos en sus vidas (Juan 15:16). Si queremos que estas cualidades aumenten, debemos permanecer en Jesús levantando nuestros ojos hacia Él, confiando solo en Él y en Su obra por nosotros, obedeciéndole y pidiéndole que nos haga fructíferos. No sucederá de la noche a la mañana sino gradualmente, tal como en la naturaleza vemos los frutos crecer y madurar lenta pero constantemente. Recuerda que Dios es el maestro jardinero, y bajo Su tierno cuidado darás mucho fruto. Confía en que Él, en su momento perfecto, hará que tu vida estalle en una fecundidad desbordante.
Amigo, sé fiel con lo que Dios te ha dado; cultiva el fruto del Espíritu en tu vida y deja que Dios se encargue de la fecundidad. Después de todo, Él es el maestro jardinero y, bajo Su tierno cuidado, darás mucho fruto.
Oración
Querido Señor Jesús, gracias por sembrar semillas de virtudes dentro de mí. Ayúdame a ser fiel en nutrirlas, y que, en Tu tiempo, mi vida sea testimonio de Tu fecundidad. Enséñame a permanecer en Ti, sabiendo que Tú asegurarás el crecimiento. Amén.
Escrituras
Acerca de este Plan
En Triunfando en las Pruebas estudiaremos Primera y Segunda de Pedro. Estas cartas siguen siendo tan relevantes hoy, y proporcionan una valiosa brújula para navegar por la vida en estos tiempos difíciles. Pedro anima a los primeros cristianos, y a nosotros, a mantenernos firmes en la Palabra de Dios.
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Nos gustaría agradecer a Love God Greatly - Spanish por proporcionar este plan. Para obtener más información, visite: https://spanish.lovegodgreatly.com/